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sábado, 7 de junio de 2014

Diamante en bruto

Sólo quedabas tú por aparecer en este pequeño rincón que tengo. Y justamente tenía que ser hoy, por ser tu cumpleaños, por cumplir dos décadas.

Y aunque se diga pronto y entres en la segunda década, tú siempre serás la pequeña del grupo. Así que, ¡bienvenida a la veintena! Bienvenida a la mejor etapa de tu vida (por lo menos para mí lo está siendo...).

Sinceramente no sé qué día nos conocimos, y eso que yo soy muy así para las fechas, que no se me pasa ni una. Pero supongo que fue en una de tantas oraciones que hemos compartido juntas en la parroquia. Ay, la parroquia... ¡El origen de todo! ¡Nuestro nexo de unión!

Tenerte a mi lado como amiga es una verdadera liberación porque a mí, que me encanta hacer de hermana mayor, me gustaba (y me gusta) cuidarte.

Lo que recuerdo con más ilusión de estos tres años de amistad son los veranos en Madrid. Eso de mandarse un sms, o un privado por Tuenti (dónde quedará todo eso...) para quedar a las 6 en nuestro querido Buenos Aires. Ir al chino y comprarse una bolsa de pipas y una Cocacola. Subir a las colinas del parque y sentarnos cada día en una y empezar a hablar con esas vistas... ¡Para que luego digan del barrio! Pero las vistas que tenemos desde el cerro no nos las quita nadie. Y así de simples eran nuestras tardes de verano por nuestra querida Madrid. También estaba el plan de cuando te quedabas sola en casa y nos invitabas a todos a ver una peli, ¡y que no faltase la Cocacola y las chucherías!

Pasábamos un mal trago cuando una se iba a la playa, a la montaña o de campamento porque antes no teníamos el maravilloso invento del whatsapp para estar disponibles a todas horas. Pero los reencuentros eran los mejores, sin duda.

Durante el curso, la cosa estaba más complicada porque las dos ponemos mucho entusiasmo en lo que hacemos, en nuestros estudios, en nuestras cosas, pero siempre nos quedaban nuestras quedadas de fin de semana, los domingos en misa o las oraciones del último viernes de cada mes.

Ya no te quiero contar sobre los viajes... Nuestro primer viaje, Roma, ¡qué nivel! Como dos niñas pequeñas junto a Sela, Noe y Lydia nos embarcamos en una aventura impresionante: haciendo fotos a todos los rincones de Roma, intentar hablar italiano haciendo acabar todas las palabras en "ini", nosotras y nuestros intentos de cruzar las calles de Roma, los desayunos, las comidas hartándonos de pizza, pasta, pasta, pizza, y por la noche, crêpes. Comprar todo lo habido y por haber para nuestras familias, que nadie se quedase sin un recuerdo, subir a la cúpula de San Pedro y divisar toda Roma. No cambiaría ese viaje por nada del mundo.

Ese verano cuando coincidimos en Gandía y nos veíamos por las mañanas en la playa tomando el sol, jugando al volley o haciéndonos fotos una detrás de otra.

Recuerdo también con mucho cariño nuestras últimas vacaciones en la playa, que elegimos ser compis de habitación, y sin duda, has sido, eres y serás, la mejor compañera de habitación que se pueda tener. Yo, maniática del orden, te adaptaste a mí a pesar de tus desórdenes jajajaja. Me encantaba dormir la siesta juntas, llegar de fiesta y mirarnos con caras de "quiero dormir" y no decir ni una sola palabra y caer rendidas en la cama, sujetar la puerta de la habitación para que nadie entrase mientras nos poníamos el bikini...

Ya ves, el tiempo pasa rápido, pero que muy rápido y estos años contigo han sido sin duda los mejores. Porque contigo las cosas son simples, como nuestras quedadas. Ante un problema, Belén tiene la solución o un consejo. Cuando quieres quedar con alguien, ahí está Belén para quedar contigo. Contigo es todo tan fácil Belén, que contarte cualquier cosa es el mejor de los alivios.

Y me he dado cuenta, con el paso del tiempo, de que ya no puedo tratarte como a una hermanita, sino que ahora estamos de tú a tú, sin diferencias de edad, porque lo que más me gusta de ti Belén, es que a pesar de la diferencia de edad, se puede hablar de cualquier cosa, con madurez y cada día me sorprendes más.

Madura y con las cosas claras, con fuerza, decidida, que ríe a todas horas a pesar de los problemas, incapaz de preocupar a los demás con sus problemas, un poco (bastante) alocada, polifacética, chica todoterreno, que no para quieta, en su nubecita que muchas veces no tiene los pies sobre la tierra, leal, sincera,... Aunque podría seguir, creo que este pequeño párrafo te define a la perfección y he encontrado en éste, que te pareces taaaaaanto a mí, que no me había dado cuenta antes. Y yo que pensaba que eramos muy diferentes y que por eso congeniábamos, ¡pero es todo lo contrario!

Muestra al mundo cómo eres, sin miedo, porque eres un diamante en bruto por descubrir. Te haces notar por donde vas, te haces querer donde estás y derrochas amor y energía a los tuyos. No pares, eres una fuente inagotable de energía. Sigue así, porque todo lo que te propones, sin duda lo conseguirás.

Felices 20, Belén, espero poder compartir muchos más momentos juntas, pero sobretodo, que nunca nos falte una colina, una bolsa de pipas, una Cocacola, algo de que hablar y muchas risas.

Te quiero.



lunes, 2 de junio de 2014

Carpe diem

Esta vez voy a ser breve. No va a ser como esos largos escritos que tanto me gustan.

Hoy quiero cambiar, porque sí.

El mes de mayo ha sido una auténtica locura. Así como hay meses que pasan sin más, éste ha sido intenso, muy intenso. 

Cada semana había una nueva historia que contar, y eso me encanta. Pero me acabé dando cuenta que muchas historias se repetían. Y que iban a peor.

Y que un día estabas en lo alto y al día siguiente volvías a chocarte con la realidad.

A pesar de eso, siempre pienso en mi frase favorita: Carpe diem.

Esa que me da fuerzas cada día, que no me hace preocuparme por el futuro porque siempre que pensaba en él, era un verdadero suplicio. Eso se lo dejo a la Beatriz del futuro.

Disfrutar del día como si fuera el último, aunque haya días malos. Se cierran puertas, pero hay ventanas que se abren de par en par. Todo pasa por algo. Todo se puede cambiar. Al final, todo irá bien.