Eran diferentes, eso estaba claro. Quizás es que ella nunca había visto ese tipo de conexión entre dos personas. Tenían unos lazos extremadamente fuertes. Sus mentes se unían y parecían una. Sabían todo la una de la otra y con una mirada se lo decían todo. Ella intentaba descubrir su secreto: experiencia y amistad. Poco a poco ella conocía esas expresiones, esas miradas, esas sonrisas pícaras, esa pizca de maldad en sus ojos oscuros y sabía que se trataba de la conexión, el paso de información de una mente a otra. Eso le maravillaba, le fascinaba cómo dos personas se complementaban la una a la otra perfectamente. Se preguntaba si ella poseería esa habilidad con ellas en un futuro. Por el momento es aprendiz aunque poco a poco lo aprende, lo asimila y se integra en esa interconexión mental. Nunca le había pasado algo como aquello. Era una buena señal.
Eran almas gemelas.
Eran almas gemelas.
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