Translate

domingo, 27 de mayo de 2012

Great

Dediquémonos canciones que nunca hayan sido dedicadas.

A.

Por tu vida pasan cientos de personas que te hacen feliz, que te alegran el día, que te quieren, que te odian, que te hacen odiar, que te ponen triste, que te enfadan, que te hacen llorar, que te hacen reír a todas horas, que te decepcionan, que te consuelan, que te ayudan, que te vuelven loca, que te sorprenden, etc. Pocas personas me han sorprendido en mi corta vida, pero sin duda una de ellas me sorprendió con creces en un momento de cambio en mi vida.

No puedo decir que fuese un gran encuentro, con un simple "¿tienes grupo de trabajo?" empezó todo. El hecho  de no conocerla de nada me intrigaba cada día más a conocerla. No puedo explicar el cómo y el por qué llegamos a un punto en el que no nos podíamos separar y no parábamos de hablar, de contar nuestras historias, de nuestros momentos. Y a decir verdad la que hablaba siempre era ella, yo sólo escuchaba porque en mi vida no había momentos tan, tan... no sé, locos, por llamarlos de alguna manera. Todos los días traía una noticia que me dejaba atónita. Y llegué a plantearme que mi vida era demasiado monótona comparada con la suya.

Llegó el verano. Y como ya sabéis, esta etapa siempre es la etapa de fuego tanto para la amistad, el amor y cualquier relación importante en tu vida porque las visitas y los encuentros se van reduciendo; y para seguir unidos, todo depende de los dos.

Hablábamos todos los días, sí, pero no era lo mismo que verla cada día y descifrar gracias a su cara que estaba feliz o triste y preguntarla qué había pasado.

Pero el verano es un arma de doble filo y tiene un efecto cambiante a veces para mejor y otras veces para peor. Te hace cambiar de mentalidad y madurar a las buenas o a las malas. Ella y yo maduramos a las malas, a base de desilusiones. Nos volvimos a encontrar y aunque la intensidad era la misma por dentro estábamos vacías, sin ganas de empezar o retomar algo. Yo la verdad es que la entendía perfectamente porque me estaba pasando lo mismo pero no en la misma medida. Creo que fue un gran apoyo mutuo y escuchar de su propia voz: "Eres la única que me entiende" me dio fuerzas para luchar por ella para que volviera con sus locas historias, luchar por mí y quizás entender algo más de mi caótica vida, y sobretodo, luchar por nosotras.

Poco a poco fuimos saliendo del "agujero negro" y ya estaba tardando en venir algún que otro enfado. Pues, aquí llegó. Se me hacía raro no hablar con ella cada noche como siempre acordábamos, algo que ya teníamos como rutina, una rutina que no cansaba, que no te hartabas de ella. Y mi confusión sigue: no sé cómo y por qué volvimos a lo de antes. Arrancamos con más fuerza que nunca, pero esta vez cambiaron los papeles: Ella escuchaba, yo contaba. Por primera vez yo tenía cada día una noticia nueva y me encantaba ver su cara que decía "cuenta, cuenta" o "sigue, sigue" Quería más de mí, quería verme bien, con ilusión, con ganas. Y en verdad me gustaba ser ese centro de atención que nunca había sido con mis locas aventuras. Pero no sólo eran locas aventuras como las llamo yo, también le contaba mis problemas, mis días tristes, mis sueños rotos y todo lo malo que había en mí. Se convirtió en una gran confidente a la que muchas veces sólo quería hablar con ella para que únicamente me dijera y me dice siempre: "Todo pasa amor, todo llega". O un simple "Te quiero" hacían de mis momentos más duros, unos momentos un poco más dulces. 

Tengo la sensación de que está dentro de mí, de que cuando yo sufro, ella sufre también, de que cuando yo soy feliz, ella también; y viceversa.

Ahora ambas vivimos en un momento dulce, bonito, feliz. Ella está en buenas manos, disfrutando de cada sorbito que le da la vida. Porque sabe buscar el momento más pequeño de felicidad para darlo de sí y empaparse de él.

Porque es un pedacito de mi historia, un pedacito de mi corazón, un pedacito de mí.



Ella, que todo lo sueña, que todo lo vive.



BA. Gracias.

martes, 22 de mayo de 2012

Rarezas

Qué raro se me hace no cogerte de los brazos.
Qué raro se me hace no sentirte.
Qué raro se me hace no mirarte a los ojos tan cerca, a escasos centímetros.
Qué raro se me hace no cogerte la mano.
Qué raro se me hace no hablar contigo.
Qué raro se me hace no buscarte y verte.
Qué raro se me hace parecer extraños.
Qué raro se me hace no soñar contigo.
Qué raro se me hace no llorar por ti.
Qué raro se me hace no echarte de menos.
Qué raro se me hace besar otros labios que no sean los tuyos y sentirme bien.

Pero la posibilidad de volver a verte de nuevo es la que me hace dudar y poner patas arriba todo lo recorrido hasta ahora. En definitva, soy rara, y me gusta. Y mis rarezas también.

Aborrecer

Porque a veces la paciencia se agota. Llega un momento que de tanto buscar y esperar, se va, así, de repente.

Quizás no es que te canses, simplemente te desencantas, porque miras a tu alrededor y ves que les sale todo bien mientras, que tú, vas probando con ganas de olvidarte de todo lo anterior y la historia se vuelve a repetir.

Ahora me pasa como con la comida, que de tanto comer algo que tanto te apetece y te gusta lo acabas aborreciendo. Sí, sí, lo aborrezco hasta tal punto de no querer experimentarlo. Lo voy a dejar apartado durante mucho, pero que mucho tiempo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Sobran palabras

Me encanta hacer esa pregunta tan delicada y a cuya respuesta no le hace falta palabras: Ver cómo se dilatan las pupilas, los ojos empiezan a brillar y una sonrisa inevitable se escapa...








Ah! Para los que están interesados en la pregunta... ¿Estás enamorado? Si la respuesta es que sí, los síntomas habrán venido solos, inconscientemente.