Porque a veces la paciencia se agota. Llega un momento que de tanto buscar y esperar, se va, así, de repente.
Quizás no es que te canses, simplemente te desencantas, porque miras a tu alrededor y ves que les sale todo bien mientras, que tú, vas probando con ganas de olvidarte de todo lo anterior y la historia se vuelve a repetir.
Ahora me pasa como con la comida, que de tanto comer algo que tanto te apetece y te gusta lo acabas aborreciendo. Sí, sí, lo aborrezco hasta tal punto de no querer experimentarlo. Lo voy a dejar apartado durante mucho, pero que mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario