Ella es mi origen por partida doble y más adelante explicaré el por qué.
A ver cómo empiezo... Voy a comenzar como el típico cuento... Todo comenzó una mañana de recreo hace 4 o 5 años: tener amigas en común nos hizo conocidas. La primera vez que hablé con ella me pareció una buena chica y siempre se reía. El destino o como lo queráis llamar nos juntó en clase al año siguiente: Ella estaba sentada justo detrás mía y ahí empezó todo. Me gustaba cuando me daba con el dedo índice en la espalda para que me girase y hablásemos a pesar de que nos ganásemos un toque de atención del profesor. Cada vez era más la afinidad y ya sin que ella me dijese nada, yo me giraba y le contaba cualquier cosa que se me viniese a la mente.
Ella fue la intermediaria entre sus amigas y yo, y en verdad eran muy parecidas y muy agradables. Poco a poco nos hicimos amigas de clase, que no íntimas. Para eso, tuvimos que esperar hasta el año siguiente en el que fue el año de los cambios: futuro profesional. Creo que fue uno de los momentos más importantes en nuestras vidas porque justo cuando todo empezaba a ir bien, teníamos que separarnos y ya no veríamos nuestras caras de sueño o los nervios antes de un examen. Fue una etapa muy fugaz.
El primer año de carrera, fue un año importantísimo y aprendimos que a pesar de todo, si luchábamos por lo que queríamos, todo iba salir bien. Y así fue, seguíamos juntas y con más fuerza que nunca.
Ella se convirtió en mi confidente, porque te daba esa serenidad y comprensión que yo llevaba pidiendo desde hace mucho. No había día que no la llamase por teléfono o hablásemos por el ya tan olvidado messenger.
Como parte de la vida, el amor llegó a su vida y ahí de nuevo, ella fue el puente y el segundo origen. Personas que no nos conocíamos de nada nos juntamos a raíz del amor de dos personas muy importantes en mi vida. Formamos una segunda familia.
No he conocido persona más romántica en mi vida y en verdad ella siempre ansiaba un cuento de hadas. Y lo consiguió y sigue manteniendo a su príncipe y Romeo particular.
El verano gusta a todos y yo tuve la grandiosa oportunidad de pasar con ella y otras amigas una semana de desconexión en playas del sur. Fue nuestra primera vez y en verdad, no podía haber imaginado que fuese tan especial e increíble. Los viajes unen, pero no sabéis cuánto.
Empezamos el siguiente año con más ilusión que nunca, con las pilas cargadas. Aunque durante unos meses, el dicho que resume esos meses es: "Quién bien te quiere, te hará llorar". Y en efecto, no puedo estar más de acuerdo con este refrán. El hilo se tensaba, se tensaba y se tensaba y yo incluso llegué a pensar que se rompía dejando atrás tantos buenos recuerdos.
Pero en verdad, la amistad es eso: superar esa tensión, y nosotras lo hicimos. Aunque hemos tenido algún que otro malentendido porque ambas somos muy cabezotas, ahora mismo ambas respiramos calma, sinceridad y confianza.
No la pido nada más, porque ella me da todo cuando está conmigo sin nada a cambio y eso me encanta y me llena con creces.
Adoro el momento en que nos conocimos y empezamos a hablar, adoro nuestros días de estrés, adoro nuestras risas, nuestros lloros, nuestras reconciliaciones, nuestros viajes, nuestras fiestas, escucharnos la una a la otra aunque ella sea más psicóloga que yo, nuestras conversaciones telefónicas que se alargan y se alargan, nuestros paseos por el centro de Madrid, nuestros viajes en autobús o tren, nuestra sinceridad, nuestra confianza, nuestras pelis ñoñas con palomitas incluidas, nuestras quedadas, el día en que descubrimos el símbolo del infinito en matemáticas y desde ese momento, tenemos nuestro infinito particular. Y así podría seguir infinitamente... ¡Pues si que dan de sí casi 3 años siendo verdaderas amigas!
Te doy gracias por haber sido la persona que originó todo. Por ser mi origen, mi motor y hacer que mi vida diese un giro de 360º. Por creer en mí y ayudarme a levantarme. No sólo eres mi origen, sino que además sé que serás mi final, caminando juntas por esta infinita amistad.
Te quiero M.
"Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y como estás, no hace falta cambiarte nada".