Hace muy poquito que entramos en Diciembre, mi mes favorito. Salir a la calle y a pesar del frío, pasear entre las luces de navidad y ver a medias las caras de los demás por culpa de los gorros y las bufandas que solo te dejan ver los ojos.
Navidad. Me encanta que a la gente le encante la Navidad...
El reloj va haciendo tic tac y el momento remember va llegando: hacer balance. ¿Qué ha pasado este año? ¿Ha cambiado algo? ¿Qué he hecho bien? ¿Qué he hecho mal? ¿Qué tengo que mejorar?
Todas estas preguntas deberían rondar por nuestras cabezas este mes. Y ahora que vienen las fiestas, tratamos como sea de comer menos, de hacer ejercicio para que nos quepa nuestro modelito de Nochevieja y estar perfectos/as. Todas estas cosas que ahora están tan de moda por el culto al cuerpo... Pero creo que nos olvidamos de algo más importante: ¿Cómo está tu alma? No sé si alguna vez os lo habréis preguntado, pero a mí, inconscientemente me viene a la cabeza esta pregunta este mes... Que está muy bien eso de llevar una vida sana, comer moderadamente, hacer ejercicio unas tres o cuatro veces a la semana... Pero, ¿y qué pasa con nuestro interior?
Como decía aquel poeta romano: "Mens sana in corpore sano". ¡No podía tener más razón el hombre! No se puede tener un cuerpo 10, cuando tu alma está falta de entrenamiento, ¡ojo! y viceversa...
Creo que todos deberíamos tener una tabla de ejercicios para el alma, así como la tenemos cuando salimos a correr o vamos al gimnasio.
Mi tabla de ejercicios del alma que intento cumplir todos los días es:
1. Agradece ver el sol otra vez, aunque te de mucha pereza madrugar.
2. Sé educado con tu entorno, aunque hayas tenido un mal día.
3. Ayuda y escucha a los demás.
4. Mima a tu familia y amigos.
5. Ponte en el lugar de los demás. La empatía es uno de los mayores tesoros que uno pueda tener.
6. No juzgues a los demás. Nadie sabe lo que le puede pasar a esa persona.
7. No pienses sólo en ti. Que tu cabeza no solo sea yo, yo y yo...
8. No a la envidia. Únicamente está permitida la envidia sana.
9. Trata a los demás como quieras que los demás te traten a ti (consejo de papá).
10. Desea el bien a los demás (consejo de mamá).
Si cumples esto todos los días, tu alma estará en forma con creces.
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