Yo soy como Rousseau, que dijo que el hombre es bueno por naturaleza. Yo también quiero creerlo. De hecho, lo creo. Es mientras crecemos, cuando alguno puede perder el rumbo y "hacerse malo" porque la vida le ha dado muchos palos, le ha tratado mal y ya decide ir por el camino equivocado (el bueno desde su punto de vista).
Somos buenos, pero el egoísmo, la envida y la codicia hacen que distorsionen cómo vemos las cosas. Arramplar con todo y con todos. Y así no podemos seguir porque hacemos daño.
Es verdad que nadie conoce nuestra historia, los verdaderos motivos de por qué la gente actúa de la forma en que lo hace. Y cuando escuchas sus historias puedes intentar a llegar a entenderlo pero sin llegar a estar del todo de acuerdo con la persona.
¿Y qué culpa tiene el que intenta entrar en tu corazón si has tenido mala suerte en el amor? Ninguna. Deja que entre, poco a poco. Aunque creas que va a invadirte, hay que dejar atrás los miedos y el pasado. Porque abrirse al amor saca lo mejor de ti aunque luego te lleves el golpe del siglo, eso te ayudará a ver lo fuerte que eres y las precauciones que debes tener para las innumerables futuras veces.
"Cada uno recoge lo que siembra". Es una frase que viene muy al caso aquí. Puedo entender que trates mal a la gente porque mucha gente te ha tratado mal. Pero he de deciros que por ahí vamos mal.
"Trata a los demás como los demás quieres que te traten a ti". Es uno de los mejores consejos que me ha dado mi padre y que intento cumplir a rajatabla.
Da sinceridad, y recogerás confianza. Da paz, y recogerás tranquilidad. Da apoyo y comprensión, y recibirás amistad. Y lo más importante: da amor, y recibirás amor, mucho amor. Y encima, del bueno.
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