Translate

viernes, 6 de diciembre de 2013

Remedio natural

Dicen que el tiempo cura las heridas. Y es que tienen toda la razón del mundo. Es el mejor remedio natural para combatir el dolor, el betadine de las heridas no físicas.

Al principio lo verás como una locura, ¿cómo voy a superar yo esto? Todos los días piensas en ello, te acuerdas de aquella persona, aquellas palabras, aquella canción, aquel lugar, aquel momento juntos, aquella fecha... Eres tan masoca que en tu sueños, sigues reviviendo ese momento, queriendo volver al pasado, inventando mil formas de acabar diferentes, siendo espectador pero desde diferentes puntos de vista como en una película, cosas que podrías haberte callado, cosas que podrías haber dicho...

Arreglarte más de lo habitual por si os encontráis de nuevo, ensayando lo que dirías, posando ante el espejo y poniendo tu mejor sonrisa para que vea que eres feliz, incluso más. Pero no cuela, amigo.

Y es que nadie ve que por las noches sigues llorando, haciendo creer a los demás que echas de menos a esa persona. Llorar por pena, por decepción, por dolor y es así cuando chocamos con nuestra humanidad, nuestros anhelos, nuestros deseos; la herida que empieza a abrirse como un volcán en erupción.

Pero de repente, un día, se te pasa esa fecha conjunta, te das cuentas que ya no lo piensas tanto y estás mucho más centrado en tus cosas, que esa canción ahora te evoca un bonito recuerdo, que ya no lo echas de menos. Te das cuenta de que la herida se ha cerrado, que el tiempo ha hecho de las suyas y ha cicatrizado la herida sin saber cómo, por arte de magia. Tocas con cuidado y sientes a través de la yema de tus dedos el relieve de la cicatriz: otra herida de guerra a la que has sobrevivido y que ya no duele.

Un día leí que el primer paso para olvidar es echar de menos. Quizás haya que empezar por ahí, echando de menos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario