Creía que el momento no iba llegar nunca. Y llegó así, sin avisar, como todas las cosas buenas.
Una sensación de libertad después de cuatro años. ¡Quién lo diría! El tiempo pasa realmente rápido y cada vez me doy más cuenta de que el tiempo lo cura todo, todo y todo.
Miro hacia atrás y no me puedo creer cómo cosas tan insignificantes me preocupaban tanto y me generaban tantos quebraderos de cabeza. Supongo que el tiempo hace que nos demos cuenta de lo inocentes que fuimos cuando nos rompen el corazón por primera vez. Ese dolor que creemos que nunca pasará y que se quedará ahí para siempre. La cicatriz se va a quedar, sí, pero llega un momento en que ya no duele y es una simple marca de guerra que luces orgulloso por haber superado. Estoy en ese punto.
¡Cuántos tíos han pasado por mi vida sin éxito alguno!, proyectos de algo que no se cumpliría nunca. Tantísimas promesas que no se cumplen. Palabras. Eso son: palabras, que no hechos. E intentas dejar todo lo malo atrás y pensar que no tiene que pasar lo mismo que la última vez. Y pasa. Y otra vez, y otra vez, y otra vez. Pasa el tiempo y te cierras más, y confías menos. Alguna vez me da por pensar: "A lo mejor, es perjudicial. La siguiente persona que venga no tiene por qué llevarse ese chasco. Tengo que darle la oportunidad de que me conozca". ¡Ilusa de mí!
Otras veces me pregunto si alguna vez le he interesado de verdad a alguien. O si toda esta trayectoria tan en picado que llevo, es por mi culpa. Supongo que todas esas incógnitas no las podré saber nunca. Lo único que sé y que tengo ahora más claro es que si hay alguien interesado en ti, va a luchar por ti. Así que por favor, absteneos aquellos que no hacéis más que marear la perdiz, creeros el ombligo del mundo, y no perdáis el tiempo porque en mi vida no quiero personas cobardes.
Y a ti, mi primer amor, al que siempre siempre al escuchar tu nombre me saldrá una tímida sonrisa, te digo, que ya lo he superado, que ya he aprendido a sobrevivir sin ti. Que hay vida más allá de ti, y mejor. Que sé que eres buena persona y que quizás nos conocimos demasiado pronto (recién cumplidos los 18) y en esa época sólo queríamos comernos el mundo y divertirnos sin parar. Después, simplemente creo que vivimos en momentos distintos y etapas diferentes (y ciudades también). Contigo he aprendido tantas tantas cosas: comportamientos y actitudes que no quiero y que ya no permito, quererme (y mucho) y disfrutar de cada momento, porque es único, ese carpe diem que tanto abanderas. Toda una pena que todo se quede en un simple saludo al vernos y miradas de reojo entre la gente cuando estamos juntos. Podríamos haber sido un gran equipo.
Sólo quiero que sepas que hubo una vez una chica de Madrid que quiso romperte los esquemas en tu vida.
"Que no te vaya bonito, que te vaya de muerte".
No hay comentarios:
Publicar un comentario