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martes, 10 de septiembre de 2013

Estrella

Hoy, hace 18 años nació una estrella, pero no está en el cielo. Tengo la suerte de tenerla a mi lado durante estos dieciocho años sin intermitencias. Y no es una estrella fugaz porque no se va a ir de mi lado.

Tengo la suerte (por segunda vez) de haber elegido su nombre cuando nació. Yo tenía casi 3 años. Tuve ese gran honor a tan temprana edad.

Yo decía que era una llorona, aunque bueno, ¿qué esperáis de un bebé? La verdad, es que me adapté fácilmente a ella y con el paso del tiempo se ha convertido en mi pequeña conciencia porque ella sabe lo que es justo y lo que no, me da serenidad.

Recuerdo su primer día de cole y yo no me quería separar de ella (que conste que ella tampoco de mí) y se me partía el alma cuando yo me tenía que ir antes a clase y ella lloraba porque se tenía que quedar más tiempo en el comedor y se le hacía eterno (media hora). Pero el primer día, ella vio en vivo y en directo mi segunda brecha cuando jugábamos en el recreo, ¡qué pena! Pero menos mal que ella estaba ahí conmigo que, aunque no hacía nada, sus ojos oscuros y sinceros me tranquilizaban mientras yo me desangraba (parece que lo estoy contando muy trágicamente, pero tampoco fue para tanto). Los niños con 8 años exageran mucho, y yo en ese momento lo pasé mal.

Ella fue creciendo y fue aficionándose a la lectura llegando a crearse su propio mundo, su burbuja en la que ella era la mar de feliz y que llegó a olvidarse por un momento de la realidad porque pensaba que como en los libros, la fantasía supera la realidad; aunque puso los pies en la tierra pero con los ojos mirando el cielo para en cualquier momento volar y evadirse a su mundo en momentos fugaces, cuando ella quisiese. Todavía no hemos podido desengancharla de su afición (adicción diría yo) a los libros. Su filosofía es, que cuantas más hojas tenga, mejor. Así devora los best-sellers. Así se le van los ojos en las librerías y bibliotecas y es tan feliz cuando le regalan un libro y están todos ordenados en su estantería de best-sellers. Puede leérselos una y otra vez, sin llegar a cansarse.

La creatividad también corre por sus venas. Decora a su antojo cualquier posesión y lo hace meticulosamente, con amor, con cariño hasta dejarlo como a ella le gusta. Maestra en eso de los abalorios y los mil peinados que se inventa o con solo ver una vez un tutorial, puede hacer maravillas con tu pelo.

Las gafas, los vaqueros, las camisas de cuadros y las converse son sus grandes aliados. No tiene un estilo definido: es sencilla en eso de vestir. No es muy de tendencias. Le gusta ir cómoda y no le importa el qué dirán ya que ella con tal de ir a gusto, es feliz.

Un reloj y su reproductor de música son sus imprescindibles antes de salir de casa. El rojo y el morado son sus colores favoritos (lo dicen sus innumerables pulseras que lleva en su muñeca siempre y cuando sean rojas o moradas). El elefante es su animal favorito. Tarzán, su película de Disney favorita, junto con Dumbo (obvio, ¿no?).

Madridista de nacimiento y fiel a Iker Casillas y a los ya retirados y grandes futbolistas Raúl y Zidane. Enamorada de su vampiro y actor favorito, Robert Pattinson. Coleccionista de frases que le gustan y que apunta en su famoso libro de frases.

Adicta a las series y a las películas: las ve tanto en la tele como online ya que no se despega de su portátil. Incansable de la música. Sus favoritos: Taylor Swift, Bruno Mars, Imagine Dragons, Adele, Coldplay, Beyoncé y Rihanna, entre otros y también muy de clásicos, como Queen, los Beatles o Michael Jackson.

Ella en sí, es un diamante en bruto, un espíritu incansable que lo da todo. Le repatean las injusticias, sufre con los más desfavorecidos. Ella es humildad, timidez, sensibilidad, justicia, empatía, alegría, vive el presente y sabe que el esfuerzo es la mayor recompensa de todas. Hace oídos sordos de las críticas, sobre todo si vienen de gente que no le interesa porque sabe que no le harán daño. Muy amiga de sus amigos, y la sinceridad por encima de todo.

Es la estrella que hace que mi día brille tanto de día como de noche aquí en la tierra, muy cerquita mía, casi las veinticuatro horas del día juntas. Ella me da esa segunda opinión, la objetividad cuando yo estoy hecha un lío. Porque es uno de mis siempre más especial porque sé, que nunca se irá de mi lado. Es lo que tiene compartir la misma sangre, ser hermanas.

Y aunque yo la llame friki ingeniera con cariño ahora se enfrentará a la temida universidad pero que ella superará con creces porque todo lo que se propone, lo consigue.

Es mi estrella terrenal y no quiero que deje de brillar nunca, por eso la protegeré para que esté conmigo y se sienta segura. Por esto mismo, yo elegí su nombre, porque su nombre en hebreo significa “estrella”. Con más razón, que sea mi estrella particular.



¡Felices 18 sister! Te quiero mucho, Esther.






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