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sábado, 11 de diciembre de 2010

Compañía

Llegaste a mí de forma inesperada, en el momento menos oportuno, cuando todo no iba demasiado bien, cuando pensaba que la vida no me sonreía. Te conocí a través de ellas, aunque yo ya sabía de tu existencia, pero no te había oído ni percibido como hasta ahora.
Dentro de mí se aloja una gran paz y serenidad cuando te escucho y te siento. Eres como mi agenda personal porque ordenas todos mis pensamientos. Eres como mi conciencia porque me ayudas a elegir entre lo que está bien y lo que está mal; eliges mi camino.
Aunque esté rodeada de una gran familia y amigos, tú siempre estarás conmigo: eres eterno.
Desde ahora nunca me sentiré sola, porque hay personas que se preocupan por mí y hacen que la vida me sea más feliz a su lado. Pero nunca olvidaré que tu siempre me acompañarás donde yo vaya porque ya eres una parte de mí, de la que sin ella no sería realmente yo.

Volver

Vuelven esas mismas sensaciones.
Vuelven a aflorar esos mismos sentimientos.
Vuelven a mi cabeza esos sueños imposibles.
Vuelve la ilusión.
Vuelve a despetar en mí ese cosquilleo.
Vuelven esas sonrisas tontas.
Vuelve la inseguridad.
Vuelven las miradas de reojo.
Vuelve el saber qué piensas de mí.
Vuelve el saber qué ronda por tu cabeza.
Vuelve la hipersensibilidad.

Vuelve... el AMOR.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Reflexión

Muchas veces, las cosas no salen como uno quiere, y simplemente hay que aceptarlas aunque hayan salido mal. Pero de los errores se aprende, ¿no? Las oportunidades llegan tarde o temprano, sólo hay que esperar, y cuando lleguen, abrázate a ellas lo más fuerte que puedas para que no se escapen jamás.
Esta reflexión me trae a la cabeza una frase que simplifica todo lo dicho anteriormente: "Más vale tener suerte que talento".

Señales

Todo su cuerpo era una sucesión de acontecimientos hermosos y también dolorosos, es verdad, la vida no es un camino de rosas. Su cuerpo se había formado según lo que había vivido, según lo que había afrontado, según lo que había temido. Se había adaptado a esa manera peculiar de vivir y sentir la vida: sumida en los complejos, el pesimismo y el miedo. Y eso en su cuerpo hacía mella: por sus venas corría la soledad y la falta de cariño.

Ella se daba cuenta de su propia autodestrucción, pero no podía evitarlo, esos pensamientos eran irracionales e incontrolables.

La única solución era su medicina para regenerar ese cuerpo prohibido: inyectarse una dosis de adrenalina, alegría y pasión.

Secretos inconfesables

¿Alguna vez has tenido un secreto que no has contado nunca a nadie? Eso le pasaba a ella, y si no lo decía pronto, explotaría. ¿Cuánto aguantaría sin decirlo? ¿Se enfadarían sus confidentes por haberlo contado demasiado tarde?

Sólo tenía que probar: Abrir su boca y dejar que las palabras fluyeran...

domingo, 3 de octubre de 2010

Mil caras tiene tu rostro

Había soñado con él muchas veces, imaginando un sinfín de rostros diferentes pero todavía no había definido el color de sus ojos, su cabello, su manera de hablar, su comportamiento, y sus sentimientos hacia ella, y eso a ella le intrigaba. No sabía cuándo ni dónde iba a suceder a lo que ella denominaba como mágico. Buscaba el modelo perfecto, pero desgraciadamente nadie es perfecto. Ese instante mágico lo ansiaba como cualquier niño ansía un caramelo, pero debía ser especial y la manera de conseguirlo era esperar, ¿pero cuánto? Eso ella no lo sabía, pero de lo único que estaba segura es que pasaría de repente, inesperadamente, como una sorpresa.

¿Futuro?

Si tuviésemos una bola de cristal y nos viésemos a nosotros mismos dentro de unos años, pensaríamos que esa no es nuestra vida, que se habría equivocado de persona, ¡que no era como lo habíamos planeado!

Todos alguna vez hemos imaginado nuestra vida dentro de unos años y muchos se decepcionan al llegar a dicho futuro y ver que sus premisas no se cumplen. Aferrarse a un futuro que ya has planeado y ver cómo todo se derrumba ante tus pies puede ser fatal.

Lo único que puedes hacer es mirarte al espejo, observar cada detalle de tu cuerpo, maravillarte de lo que eres en ese momento; vive el presente y piensa que el futuro puede ser igual o mejor de lo que estás pasando ahora; todo depende de ti. No hace falta que pasen muchos años, piensa que el futuro puede ser el día siguiente.

El camino correcto

Todos aspiramos a lo mismo. Todas las personas buscan lo mismo en la vida: encontrar la felicidad. Muchos viven el presente y se dejan llevar por el día a día, otros se complacen con la materialidad y otros (la gran mayoría) disfrutan de su alrededor, de los que te aprecian, de los que te quieren, de los que te comprenden,...

Pero hay veces que estamos tan ocupados por alcanzar la felicidad que dejamos pasar lo pequeños instantes: una sonrisa, un buen gesto, un beso, una caricia, una oportunidad, la comprensión o cualquier momento de nuestra vida diaria que pueden ser insignificantes para nosotros. Muchos dicen que caemos en la rutina, y a decir verdad es que no sabemos buscar lo diferente en el día a día. Debemos vivir cada día de diferente manera; de saber que mañana nos puede pasar algo apasionante, sorprendente.

Busca tu camino hacia la felicidad, pero sin desviarte de las cosas importantes de tu alrededor, de tu vida.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Optimismo vital

Soy lo que vivo.
Somos lo que disfrutamos.
Somos lo que amamos.
Somos el bien que hacemos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Sinapsis

Eran diferentes, eso estaba claro. Quizás es que ella nunca había visto ese tipo de conexión entre dos personas. Tenían unos lazos extremadamente fuertes. Sus mentes se unían y parecían una. Sabían todo la una de la otra y con una mirada se lo decían todo. Ella intentaba descubrir su secreto: experiencia y amistad. Poco a poco ella conocía esas expresiones, esas miradas, esas sonrisas pícaras, esa pizca de maldad en sus ojos oscuros y sabía que se trataba de la conexión, el paso de información de una mente a otra. Eso le maravillaba, le fascinaba cómo dos personas se complementaban la una a la otra perfectamente. Se preguntaba si ella poseería esa habilidad con ellas en un futuro. Por el momento es aprendiz aunque poco a poco lo aprende, lo asimila y se integra en esa interconexión mental. Nunca le había pasado algo como aquello. Era una buena señal.

Eran almas gemelas.

Ceguera

¿Estás ciego por necesidad o porque no quieres ver el realmente el mundo que te rodea?

Hay veces en las que la verdad duele.

Perder algo sirve para tener buenos recuerdos.

Como dijo Indira Gandhi en su momento: "Uno puede superar el odio, la envidia, la codicia, y tantas otras emociones negativas y autodestructivas. Pero el dolor es algo distinto. No se puede olvidar ni superar. Hay que aprender a vivir con él, integrarlo en el propio ser y hacerlo parte de la vida".

¡Qué razón tenía!

Ella ya había pasado por eso muchas veces y en verdad ya casi se lo esperaba, como si tuviese una corazonada. Su corazón tenía heridas, algunas ya habían cicatrizado pero seguían ahí, dejando su huella para siempre. Sumarle otra más a la colección no causó tanto daño como la primera pero aún así lo hizo. Ella aparentemente derrotada se juraba a sí misma que sería la última. Y por el momento así es. Parece como si todas las heridas hayan cicatrizado, ¡incluso desaparecido! Vivía en un instante mágico como todos los anteriores y no se había arrepentido de nada de lo que hizo en el pasado, ya que fue feliz y eso es lo único que recordaría en un futuro, los buenos momentos. Su intención era buena esa vez, no era como las otras veces que ya preveía que no iban a terminar bien. Pero a pesar de todo, ella salió a flote con ayuda y sabe que puede contar con esas personas. Pero lo que ella temía es que ahora que estaba en lo alto de la ola, ¿qué pasaría si caía? ¿Estarían allí sus salvadoras para sacarla a la superficie?

miércoles, 28 de julio de 2010

¿Qué quería?

Ella entró a la cafetería de siempre, a pedir lo mismo que pedía todos los días. El camarero se le acercó y le preguntó:

- ¿Qué quería?

- Pues quiero...
Quiero tirarme a la piscina.
Quiero decir lo que pienso y siento.
Quiero ser yo misma.
Quiero mejorar, superarme en el día a día.
Quiero hacerme fuerte, no ser débil.
Quiero una máscara para esconderme cuando esté mal.
Quiero ser ambiciosa, conseguir mis sueños por imposibles que sean.
Quiero cambiar: "It's time to change".
Quiero no sonrojarme ante cualquier situación embarazosa.
Quiero volar y ser libre.
Quiero despertarme con una sonrisa al ver el sol por la mañanas.
Quiero sentir el frío en mi cara cuando hay viento.
Quiero montarme en una noria y no bajar nunca.
Quiero pensar como una niña y estar siempre con mi casa de muñecas.
Quiero amar y ser amada.
Quiero igualdad.
Quiero lo mismo que yo doy a los demás.
Quiero ignorar a la gente que no me merece.
Quiero olvidar los malos recuerdos.
Quiero vivir el presente.
Quiero pensar que el futuro va a ir bien.
Quiero saber que lo que hago está bien.
Quiero saber que voy por buen camino.
Quiero saber la verdad.
Quiero ver el fondo del mar.
Quiero buscar tesoros.
Quiero ver el atardecer.
Quiero ser pequeñita pequeñita para que nadie me encuentre.
Quiero un chocolate caliente en invierno.
Quiero furia.
Quiero entrañar en el alma de la gente.
Quiero saber qué piensan los demás.
Quiero mojarme con agua fría cuando hace calor.
Quiero luchar contra la adversidad.
Quiero no tener miedo.
Quiero aumentar mi ego.
Quiero ver las estrellas.
Quiero tumbarme en el césped.
Quiero reir.
Quiero pasar horas y horas con mis amigas.
Quiero ver caer el primer copo de nieve.
Quiero viajar.
Quiero sentir el latido del corazón.
Quiero moverme con delicadeza y dulzura.
Quiero columpiarme.
Quiero soñar.
Quiero volver a sentirme niña.
Quiero abrir los ojos a mucha gente para que se de cuenta de la realidad.
Quiero ayudar.
Quiero sentirme útil.
Quiero ver pasar el tiempo.
Quiero compartir mi experiencia y mis vivencias.
Quiero desconectar.
Quiero estar a la sombra en pleno verano.
Quiero ser un regaliz dulce.
Quiero encontrarme a mí misma.
Quiero ser FELIZ.

- ¿Desea usted algo más señorita? dijo el camarero.

- Ehh..., sí, un capuccino, gracias.

domingo, 18 de julio de 2010

"Yo tengo una pirámide de amigos..."

Todo empezó hace 3 años más o menos. Ella no conocía a nadie. Con el tiempo encontró a gente muy simpática en la que podía confiar. Nunca tuvo amigos en plan de confidencias como hacen las chicas. Pero llegó un momento en el que ÉL llegó, de la manera más inesperada. Empezó a hablar, todo fluía, eran INSEPARABLES. Hablaban de todo lo hablado y por hablar y estuvieron conectados durante ese año al máximo. Ella, enamorada de un chico al que no se atrevía a decirle que le gustaba; él, enamorado de una de las mejores amigas de ella. Cada uno se daba al otro sus propios consejos para triunfar en el amor (que ironía pensaréis) El verano empezó y se alejaron un tiempo. Llegó septiembre y le preguntó si había habido algun avance, él dijo que había salido todo mal y ella no quiso interponerse entre dos amigos. Al comenzar el año vió que lo que sentía por él ya no era amistad, era otra cosa, inexplicable para ella, no queriendo admitir lo que verdaderamente sentía y él dió a entender que lo sabía.

Cuántas veces había estado pensando en él y la vida que llevaría si él sintiese lo mismo que sentía ella: infinitas. Hubo un pequeño haz de luz y realmente él se interesaba por ella, o al menos eso creía ella. Todo se empeoró como en toda relación cuando están por medio las mentiras. Ella, la que fue su mejor amiga (o eso creía ella) le había estado ocultando que mantuvo una relación con su amiga. Era imposible, no podía ser. Así se interesaba tanto por ella cuando ya no tenía a nadie y lo único que se le ocurrió fue decir "Yo tengo una pirámide de amigos y tú todavía no estás en mi cima para tener tanta confianza cómo para contártelo". No lo podía creer, había sido su amiga durante mucho tiempo y todo se cayó. Ella se encerró en sí misma jurando que no volvería a hablar con él; pero la tentación puede con todo, él la pidió perdón y ella estaba feliz, como si no hubiese pasado nada. Ese era uno de sus defectos, perdonar a alguien cuando la habían hecho daño.

El tercer año fue doloroso para los dos. Él había encontrado a una chica e intentaba darle celos a ella. Hubo muchísimas peleas de no hablar durante muchos meses pero siempre la que tenía que dar la cara y pedir perdón era ella. A veces estaba cansada pero una muy buena amiga le dijo que no podía ocultar ni rechazar lo que sentía por el: era cierto, estaba enamorada de él. La comunicación no era la misma y cuando hablaban no sabían de que hablar porque había muchas diferencias entre ellos.

Finalmente ella optó por dejarle hablar aunque se dió cuenta de que se estaba rebajando por algo que no conseguiría y que él no se daba ni la menor cuenta de lo que realmente ella hacía por él. Menos mal que una de sus mejores amigas le había hecho tener las ideas claras.

Ahora ella estaba tranquila, eso era lo que necesitaba: tranquilidad. No podía estar como la montaña rusa, subiendo y bajando porque ella era débil, y necesitaba estabilidad y se dió cuenta de que él no se lo podía dar; a él más bien le gustaba el riesgo y el último momento.

Pero ella tenía la esperanza de que el siguiente le pudiese dar lo que ella quería realmente. Sólo quería una cosa: No quedarse sola.

martes, 6 de julio de 2010

Vacío

¿Que sería del verano si faltasen la piscina y los helados? Así se sentía ella, con un gran vacío. La verdad es que ella tenía de todo: una familia que la quería, unas buenas amigas (al menos eso esperaba ella tras infinitas amistades fallidas), buena estudiante, es decir, todo. ¿Qué más quería? Pero para ella no era suficiente. Ese era su gran defecto: la PERFECCIÓN. No era ambiciosa pero le gustaría que su rumbo de vida cambiase, que viese un rayo de luz en aquella habitación oscura. Aunque parezca que la perfección es buena tiene algunas desventajas que a ella se le subían a la espalda y no era fácil deshacerse de ellas. Ves como todo el mundo triunfa a tu alrededor mientras que ella disimula estar bien, es decir muy bien (quizás se la veía muy forzada). Quería un cambio de vida que la llenase por dentro, pero aún no había llegado el ansiado momento. Muchas veces ella creyó que había llegado porque se sentía realmente feliz pero la felicidad no dura eternamente y todo lo que había construido con sudor y lágrimas se desplomaba ante sus pies. No era posible, había que empezar de CERO.


Pero ella estaba cansada de empezar de nuevo y hacerse la dura creándose una máscara ante los demás disimulando que estaba bien, porque sabía que si llegaba a ese estado de felicidad absoluta de una forma u otra acabaría cayéndose.

Aunque dentro, muy dentro de ella, dentro de ese caparazón de pesimismo había un pequeño haz de luz que permanecía a la espera de que llegase el verdadero momento, sólo había que ESPERAR, pero, ¿cuánto?

Eso ella no lo sabía, lo único que podía hacer era luchar contra sí misma.

domingo, 4 de julio de 2010

Metamorfosis

Ella llegó como cualquier persona ante un lugar desconocido. Sus rostro reflajaba la inocencia de una niña pequeña. Al principio se sentía sola, desamparada; pero ahí estaba yo, el primer apoyo que tuvo desde que llegó. Le enseñé el mundo, las ganas de vivir, pero al oir la inesperada campana dentro mí resurgió un vacío que no pasaría hasta que saliésemos: mis sospechas no eran falsas. Corrían los rumores de chico en chico mirándonos a nosotras. Mantuve la cabeza alta mientras que ella, contraria a mí, la agachaba. Fue un mal trago para las dos que se repitió durante una semana, pero pronto dejó de ser la comidilla del grupo.

Esa fue mi primera impresión al verla: desprotegiada ante los demás, y yo me sentí como un ángel para ella.

Los años fueron pasando y nuestra amistad se forjó. No había ni un solo día que no hablase con ella de sus inquietudes, sus sueños (muy posibles de alcanzar aunque ella los negase), temores...

Como cualquier situación llega un momento en el que te separas de una persona, y eso fue lo que me pasó a mí. Tan solo dos años estuvimos separadas. Al verla de nuevo era una auténtica desconocida para mí: su carácter, su modo de pensar, su alegría. "Ha cambiado a mejor" pensé yo, y era cierto. El primer contacto que tuvimos tras estar separadas fue una mezcla extraña: era como si nos conociésemos aunque sabíamos todo la una de la otra. Más bien fue la vergüenza que otra cosa diría yo.

Ahora la miro con mejores ojos. Estoy muy contenta por su cambio interno más que externo. Se siente ella misma, ya no siente aquel pudor cuando era una niña. Se ha forjado una imagen madura y la vez sencilla con sus propios ideales, metas, sueños (esta vez más cercanos y realizables). No le importa su imagen y el qué dirán de los demás.

Por eso estoy orgullosa de ella.


Aunque ella sienta que estoy ausente; la verdad es que desde que entró, he velado siempre por su seguridad y compañía y aunque no lo crea, soy su ÁNGEL.