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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Su vida es una obra de teatro sin final

Es la persona más loca que conozco. Pero lo creáis o no, dentro de su locura existe una cordura constante.

Con su presencia llena de optimismo a todo el que la rodea. Ella te saca una sonrisa en tu peor momento y te hace sentir la mejor persona del mundo. Yo, soy mejor persona gracias a su amistad. Ya sé a quien acudir cuando todo no vaya del todo bien y me diga cuatro tonterías para sentirme bien.

Y es que a ella nunca la verás llorar aunque esté mal. Cada día me sorprende más porque la ves, ahí, sonriente como la que más y por dentro puede que tenga todo hecho pedazos.

La conocí hace 5 años (y se dice pronto) pero llegó a ser una parte de mí hace casi ya 3 años. Ella me da locura que yo necesito y que me falta. Es incansable.

Echando la vista atrás recuerdo todos nuestros momentos y voy a enumerar no todos, pero sí los que nos han marcado más: nuestros gritos y saltos por el barrio sin mirar atrás tras saber que habíamos aprobado todo y que estábamos preparadas para hacer Selectividad y la gente mirándonos, fiestas, Nochevieja, nuestras primeras vacaciones disfrutando poquito a poco del sur, confesiones, terapias, nuestra declaración de amor en Roma, nuestras risas, nuestras vacaciones de desfase, nuestros momentos TOP 10 y muchas cosas más que seguramente me dejo en el tintero...

En el amor, tiene ya sus pinitos hechos como en el teatro. No se cansa, así que no parará de buscar hasta encontrar a su Romeo aunque ella es un espíritu libre que saca lo mejor de sí misma para vivir el día a día. La frase de Carpe diem recorre sus venas. Es su carta de presentación.

Y por último, como es polifacética, subir a un escenario es su hobby, o su pasión mejor dicho. Ella se transforma y se mete en el papel para que creamos en su personaje, pero sobretodo en ella. Quiere ser la Audrey Hepburn del siglo XXI y no anda muy lejos. Yo creo en ella y sé que lo conseguirá.

Se desvive por los suyos, y eso es lo que más me gusta de ella.

Hueles a libertad nena y eso te llevará a lo más alto.

Te quiero S.





domingo, 16 de septiembre de 2012

Pulseras que hablan de mí

Todas tienen una historia. Da igual que unas hayan costado más (monetariamente hablando)... El caso es que son especiales. Unas las he comprado porque me gustaban, otras las he hecho yo misma, otras las he traído de un viaje especial, otras me las han regalado familiares, otras por mi cumpleaños y otras me las han traído porque en algún viaje una/s persona/s se han acordado de mí... 

Me gusta mirarme las muñecas llenas de pulseras y acordarme de cada momento en el que me dieron ese regalo; acordarme de ese viaje especial o de ese cumpleaños porque así, siento que vivo y que estoy presente en muchas vidas.



martes, 11 de septiembre de 2012

Y, ¿qué es eso del amor?


“El amor es confianza, responsabilidad, sopesar tus opciones y sentimientos, vivir el resto de tu vida en consonancia con ellos y sobre todo, no hacer daño a la persona amada. ¿Es eso el amor? Multiplícalo por infinito, llévalo hasta el fin de la eternidad y apenas tendrás un atisbo de lo que hablo”.

¿Conoces a Joe Black?


domingo, 9 de septiembre de 2012

El genio de la lámpara


Todos hemos visto la película Disney de Aladdín de pequeños, o con nuestros hijos o nietos. En el caso de que no, os invito a que la veáis.

Pues bien, yo me quedé maravillada con la película y con todas de la compañía Disney. Eso de frotar una lámpara y que saliese un genio y te concediera tres deseos era algo mágico. Muchas veces pensé si eso pasaría igual en la vida real (inocente de mí). Precisamente, en mi casa tengo una lámpara de uno de tantos viajes de mi madre por el mundo (no sé si fue hecho a posta no) y que encontré de casualidad en un estante.
 
Frotaba la lámpara como hacía el protagonista y me imaginaba que salía un genio y me concedía tres deseos a los cuales yo siempre pedía los mismos (muchos juguetes, chucherías y tener mucho amigos).

Con el tiempo los deseos fueron cambiando según yo crecía y muchos de esos deseos eran materialistas. Hasta hace bien poco yo seguí pidiendo deseos a mi genio particular pero más profundos y quizás un poco más realistas (o quizás no).

Dejé de creer en el genio de la lámpara mágica ya que muchos deseos no se cumplían y por supuesto, por mi madurez.

Pero aunque sea una película Disney tiene una moraleja también para los adultos. Y es que, muchas veces los sueños se pueden hacer realidad. Yo quiero creer en ello.

En la película se manifiesta a través de un genio que habita en una lámpara que sólo aparece cuando frotas la lámpara. Aquí en el mundo real, al destino le corresponde esta parte aunque el esfuerzo, el empeño y la paciencia juegan también un papel muy importante.


sábado, 8 de septiembre de 2012

Estrella fugaz


“Los amores de verano terminan por cualquier tipo de razones. Pero al fin y al cabo todos tienen algo en común. Son estrellas fugaces: un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad, y en un instante, se van”.

El diario de Noa


viernes, 7 de septiembre de 2012

La reina de la fiesta

Viernes por la noche. Tras la dura semana por la que había pasado, esta noche era la ocasión perfecta para desconectar, sobre todo con sus mejores amigas. No cenó ligero como solía hacer todas las noches, esta vez su estómago debía aguantar el ron de aquella noche. Se dispuso a arreglarse: se lavó los dientes y se puso las lentillas. Ahora era el momento de elegir el vestido… No es que tuviese muchos, pero era muy indecisa siempre para esas cosas. ¡Qué indecisión madre mía! No sabía si repetir modelito. Pasaba una y otra vez los vestidos por el armario. Había uno que no se había puesto todavía porque no encontraba la ocasión perfecta. ¿Y si fuese esa noche? Y se dijo a sí misma: “¿Por qué no?”.

Era azul (su color fetiche) y muy atrevido, con la espalda al aire. Fue a maquillarse con alegría y sintiéndose la mejor de todas. Se puso su colonia favorita: esa que cada vez que olía le traía buenos recuerdos de fiestas pasadas. Salió disparada porque iba pillada de tiempo y viajó por la noche madrileña hasta el punto de encuentro. El ambiente era ideal: risas, vasos con hielos, alcohol, amistad, tonterías, alguna que otra calada a un cigarro y sobre todo, unas ganas de bailar tremendas.

Entraron a la discoteca con ganas de comerse la pista de baile. En círculo, y dejándose llevar por la música cantaban a grito pelado inventándose parte de las canciones. Ella lo estaba pasando como nunca y se acercó a la barra a pedir otra copa aunque el alcohol ya empezaba a hacer efecto.

Con la copa en el aire y sintiendo la música, se abría paso entre la multitud. Ojos indiscretos la miraban pero a ella le daba igual. Era una noche dedicada enteramente para ella. La libertad llamaba a su cuerpo, su mente y su corazón.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Ciudad Eterna

Nada más llegar sientes una bofetada de libertad. Si ya en tu ciudad te sientes pequeña, allí la insignificancia se apodera de tu cuerpo. Hay tanta diversidad y tanto donde elegir, que te pierdes tanto ahí como por sus interminables calles adoquinadas.

Te faltan ojos para captar tanta belleza e inmensidad. Sentirse extranjero es una de las mejores sensaciones del mundo: la cara de atónito y ese tic no tan nervioso del dedo índice disparando con tu cámara para inmortalizar cada instante que quedará para la eternidad.

Prometimos volver con la moneda que tiramos hacia atrás en la famosa Fontana di Trevi en la que todo el mundo tira una moneda con la esperanza de que su deseo tarde o temprano se haga realidad.

Daría lo que fuera por volver allí para empaparme de tantos siglos de historia. Y es que, todos los caminos llevan a Roma.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cosmos

Ante la inmensidad nos sorprendemos. No nos damos cuenta de que somos muy pequeños, infinitamente pequeños comparados con el universo, con aquello tan lejano y tan bello. Nuestros problemas, a los que nosotros consideramos tan grandes y enormes son insignificantes comparados con otros muchos que se sufre en este mundo, póngase de ejemplo la pobreza y el hambre.

Estamos dentro de un todo. Somos como células en un laboratorio en el que nos ponen a prueba para ver cómo reaccionamos ante el cambio. Somos como una marioneta en una obra de teatro. Pero, ¿y quién es el científico? ¿Quién es el que mueve los hilos para que una marioneta mueva un brazo o una pierna?

Difícil pregunta diréis y ¡cuántas interpretaciones puede haber! Muchos pueden decir que es el destino, otros que es la suerte y otros, mucho más egoístas dicen que ellos son dueños de su futuro. En sí, todos tienen parte de razón y no se la quito a nadie y respeto todas y cada una de las propuestas.

Yo, sin embargo, me aventuro y pienso que los hilos de mi vida en particular los mueve Dios, mi Dios. Él, que me guía y está siempre conmigo ante cualquier dificultad. Es cierto que no es fácil seguirle y muchas veces puedes desistir ante tantas injusticias que acontecen en el día y día y dices ‘¿Dónde estás?’ ‘¿Por qué no haces nada?’ Puede que a esto no tenga respuesta pero lo que sí os puedo decir es que pone muchas piedras en el camino para que puedas levantarte y no volver a repetir los mismos errores de nuevo. Te ayuda indirectamente a crecer y a vivir.

No debemos esconder nuestros problemas, sin ellos no seríamos lo que somos ahora ni formaríamos lo que formamos: el infinito. Ese infinito que no acaba nunca, que es eterno, como Él.



martes, 4 de septiembre de 2012

The only way

¿Y si lo que todo el mundo me dice que no me conviene es realmente el verdadero camino? ¿Y si fuese el paso definitivo para cambiar? Quizás esté equivocada y en realidad tendría que hacer más caso a mi círculo próximo. Pero lo mío es la cabezonería y a lo mejor no estoy equivocada. Romper las reglas sería una gran experiencia.


lunes, 3 de septiembre de 2012

El cuento de las dos vasijas

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a ambos extremos de un palo. Una de ellas era nueva y reluciente, mientras que la otra era muy vieja. La vasija nueva era feliz porque hacía bien su trabajo. Su compañera, consciente de su situación, se sentía triste porque el agua se le escapaba a través de las grietas.

Al cabo de un tiempo, la tinaja ajada por los años se sinceró con el aguador: Estoy avergonzada porque, por mi culpa, sólo puedes entregar a tu amo la mitad de mi carga. El cargador de agua la miró compasivo y le pidió un favor. Cuando regresemos a la casa del señor, quiero que te fijes en las hermosas flores que crecen en el camino.

Así lo hizo y, en efecto, eran muchas las flores que crecían junto al sendero. Al llegar a su destino, el cargador le preguntó: ¿Te has dado cuenta de que sólo hay flores en el lado del camino por donde tú pasas?. Hace unos años –prosiguió el aguador- sembré semillas de todas esas preciosas plantas que has visto con las flores que tú riegas cada día, hago ofrendas a mi Dios. Si no fueses así como eres no podría venerar a mi Dios con flores tan bellas como las que recojo gracias a ti.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Yo, mí, me, conmigo

A veces la soledad no es tan mala como muchos la pintan. En mi vida he tenido muchos más momentos de soledad que de compañía. Puedo decir que no han sido los mejores momentos pero me han ayudado a reflexionar, a recapacitar, a tomar decisiones importantes que han cambiado mi vida, a desestresarme, a intentar poner en orden mis sentimientos, mis subidas y mis bajadas.

Todo esto prefiero hacerlo antes de dormir cuando he terminado de rezar y pensar en el día que ha acabado. Por mi mente chocan e interactúan millones de recuerdos; unos más tristes y otros más alegres y divertidos. Pienso en el futuro que me depara y me taladro la cabeza para saber si he hecho bien con las decisiones que he tomado y tomo en mi vida. Hay pensamientos que se quedan en la cabeza y que no saldrán nunca de la cabeza quizás por miedo o pudor o por el simple hecho de guardar algo de mi intimidad. Algo que es mío y de nadie más.

Los momentos amargos los comparto con mi almohada. Porque sabe escuchar y es ya casi mi segunda cabeza, mi pensadero, mi baúl de recuerdos, por no decir que ya lo es.

Aprendes a escucharte, a darte cuenta de tus debilidades, de tus fallos, de tus limitaciones y excesos pero también de tus grandes logros e ideas. Hasta que no aprendas a descubrirte como persona no descubrirás la belleza que esconde la vida. Recuerda que siempre te tendrás a ti mismo y que muchas veces no necesitas a nadie para descubrirte. Cuando lo hagas, ya estarás listo para compartir tu experiencia con los demás. Sigue la filosofía de “yo, mí, me, conmigo” porque si no lo haces tú, nadie lo hará por ti.