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lunes, 30 de julio de 2012

Deep

Pero es que hay veces en la vida que hay que meterse donde cubre. La vida es como el mar, tienes que ahogarte para sentir su intensidad. 

domingo, 29 de julio de 2012

Esperando lo inesperado

Soy muy meticulosa y cuadriculada con todo. O blanco o negro, no hay término medio y eso casi siempre al final me acaba afectando. Me preocupa mucho mi futuro y muchos estaréis pensando: "Pues como a todos, ¿no?". Y la verdad es que sí. Encima ahora nos pintan un futuro muy negro y a mí me da miedo, mucho miedo.

Yo que todo lo tengo meticulosamente calculado y me asusta el futuro... Es uno de los muchos miedos de cualquier joven. Pero es que hay tantas indeterminaciones en mi vida y el futuro no lo veo. Pero estoy muy equivocada y quiero cambiar esta manía con el tiempo. Porque cuanto más esperes una cosa, planees algo para que salga de cierta manera y forma; el destino juega contigo y le da a todo la vuelta y lo que una vez pensaste que era así, ahora es "asao".

Por eso, os advierto, me advierto a mí misma no esperar al futuro, porque el futuro no avisa, porque quiere sorprenderte. Se ha aliado con la vida para jugar contigo, para ver cómo reaccionas, cómo te defiendes ante la adversidad y la felicidad que te ofrecen. Nunca lo esperes porque las mejores cosas ocurren, cuando menos te lo esperas. 

sábado, 28 de julio de 2012

Un poquito de mí

Ante todo, quiero dedicar un pequeño espacio de este pequeño blog que está hecho con mucho amor, con mucha ilusión, con muchos temores, con muchas llantinas a una parte de mí. Algunos ya sabrán muchas de mis peculiaridades y los demás, espero que lo disfruten.

  • Me gusta sonreír. 
  • Me gusta cuando sale el sol y me despierta cada mañana.
  • Me gusta quedarme más del tiempo permitido en la cama holgazaneando.
  • Me gusta contar los segundos y que pasen los minutos y las horas sin hacer nada.
  • Me gustan las tormentas, pero no mojarme.
  • Me gusta tumbarme en cualquier parte y mirar el cielo, ese cielo azul que a todos nos gusta y que a mí me pirra.
  • Me gusta quedarme horas y horas tumbada en la cama recordando cualquier aventura y que se me escape alguna sonrisa.
  • Me gusta llorar de alegría.
  • Me gustan ellos, mis amigos.
  • Me gusta San Isidro y vestirme de chulapa.
  • Me gusta comer nocilla a escondidas, a cucharadas.
  • Me gusta mojar las galletas en leche y que se ablanden.
  • Me gustan los churros con chocolate en Año Nuevo.
  • Me gusta viajar en autobús o en tren y perderme entre mis pensamientos sin que me pase de parada.
  • Me gusta mi ciudad (Madrid) y perderme entre sus calles que tienen mucha historia, muchas historias que contar.
  • Me gusta el campo y que todo esté tranquilo.
  • Me gusta la noche, pero no volver sola tras una intensa noche deambulando por las calles y la fiesta madrileña.
  • Me gusta la Luna.
  • Me gusta ver las estrellas. Desgraciadamente, por la contaminación, desde aquí no se ven muy bien. En estos casos, prefiero el campo.
  • Me gusta la fiesta.
  • Me gusta aguantar una noche hasta que esa copa de más me sube y me entra como digo yo "el mareillo" y la risa floja.
  • Me gusta bailar entre la gente y seguir el ritmo de la música, el ritmo que dicta mi corazón, y los demás, ¡que miren si quieren!
  • Me gustan las tardes de Retiro y sentarnos en nuestro sitio, elegido por nosotros: cerca de La Rosaleda y no parar de hablar y hacer el tonto.
  • Me gustan ellas, mis amigas.
  • Me gustan nuestras tardes, con nuestros secretos. Me gusta estar callada y escuchar sus historias, ¡y si son de amor mejor! y no perderme ni un detalle.
  • Me gusta dar abrazos en los momentos idóneos.
  • Me gustan los abrazos de reconciliación.
  • Me gusta llorar al unísono con ellas.
  • Me gustan las reconciliaciones.
  • Me gusta mis ataques repentinos de locura: saltar y gritar.
  • Me gusta la música de todos los tipos.
  • Me gusta escribir.
  • Me gusta una buena película con cualquier guarrería para comer.
  • Me gusta el atardecer.
  • Me gusta el amanecer en la playa.
  • Me gustan las vacaciones.
  • Me gustan las discusiones de convivencia que luego se resuelven.
  • Me gusta reír.
  • Me gusta que me hagan cosquillas.
  • Me gusta el verano.
  • Me gusta tirarme a la piscina pero que no me tiren.
  • Me gusta meterme poquito a poco en el agua fría y que el agua llegue hasta mi ombligo, tener un escalofrío y sumergirme.
  • Me gusta tomar el sol en la playa, piscina, en cualquier lado me gusta el sol, siempre con mi toalla (que no se llene de arena) y lo más importante: protección para mi piel que ante cualquier descuido ya estoy como un cangrejo.
  • Me gusta la Navidad.
  • Me gusta no poder dormir en la noche de Reyes por los nervios a pesar de mis casi 20 años.
  • Me gusta que nieve aunque aquí, en Madrid ocurre muy poco. Por eso cuando ocurre, es un milagro.
  • Me gusta dejarme caer rodando por las colinas del parque de mi casa.
  • Me gusta la primavera y pasear por el parque... tomándome antes la pastilla de la alergia.
  • Me gustan los animales.
  • Me gustan las plantas y sus flores pero me cuesta mantenerlas vivas por mis despistes y eso de no regarlas en su momento.
  • Me gusta viajar.
  • Me gusta ver fotos de sitios insólitos, bellos, increíbles.
  • Me gusta correr riesgos, a veces.
  • Me gusta ese nerviosismo y ese dolor de tripas antes de montar en la montaña rusa.
  • Me gusta hacerme fotos y poner cualquier postura y hacer el tonto en ellas.
  • Me gusta comprar ropa aunque no sé si soy ya una compradora compulsiva o como dicen los ingleses: una shopaholic.
  • Me gustan las comedias románticas, y sólo románticas también y que se me escape una lagrimita de emoción en cualquier sala de cine.
  • Me gusta meterme debajo de las sábanas en una noche de tormenta.
  • Me gusta dormir.
  • Me gusta no dormir cuando vengo de fiesta y recordar esa noche de desfase.
  • Me gusta mi familia entera porque familia no hay más que una.
  • Me gusta levantarme con energía.
  • Me gusta leer, me da igual el género.
  • Me gusta recibir felicitaciones cuando escribo algo que gusta a los demás.
  • Me gusta que me recompensen por mi esfuerzo.
  • Me gusta comer hasta hartarme.
  • Me gustan las corazonadas.
  • Me gusta estar sola y escuchar música en mi reproductor de música que llevo a todos lados.
  • Me gusta ser rara.
  • Me gusta ser bipolar.
  • Me gusta soñar. Muchas veces mis sueños pecan de realidad y hacen que me despierte preguntándome a mí misma si realmente lo que he soñado ha pasado en realidad o no.
  • Me gusta tomar cerveza en cualquier terracita de Madrid.
  • Me gusta cuando llega el invierno y poner delante del armario toda la ropa de invierno. 
  • Me gusta sacar los bikinis nada más empezar el verano.
  • Me gusta ver fotos antiguas.
  • Me gusta compartir secretos.
  • Me gusta decorar.
  • Me gusta aprender.
  • Me gusta nadar y bucear.
  • Me gusta que me tiemblen las piernas, que se me ponga ese nudo en la garganta, bajar la mirada ante cualquier desconocido y sentirlo cerca aunque ya no es tan desconocido.
  • Me gusta enamorarme a mi manera aunque creo que nunca me he enamorado de verdad.
  • Me gusta cantar bajo la ducha y desentonar.
  • Me gusta el centro y tomarme una napolitana de chocolate en la famosa pastelería de Sol "La Mallorquina".
  • Me gusta ver los belenes en la Plaza Mayor en Navidad.
  • Me gusta hacer competiciones con mi familia a ver quién acaba el primero con las uvas en las 12 campanadas.
  • Me gusta rezar y sentir esa paz y tranquilidad inmensa porque sé que Él siempre me escucha.
  • Me gusta ir a las librerías y hojear todos los libros.
  • Me gusta el olor de los libros nuevos.
  • Me gusta estrenar una agenda nueva y al terminarla repasar cada momento del año.
  • Me gusta el olor del bizcocho de naranja recién salido del horno de mi madre.
  • Me gusta el trabajo y el empeño que pone mi padre.
  • Me gusta la fuerza de voluntad de mi hermana Esther.
  • Me gusta lo cariñosa que es mi hermana Alicia.
  • Me gusta dar mimos, y que me los den también
  • Me gustan los besos lentos, con dulzura.
  • Me gusta hablar con la gente y que se preocupe por mí.
  • Me gustan las fiestas en casa.
  • Me gusta divertirme en compañía de ellos.
  • Me gustan las motes absurdos.
  • Me gustan las llamadas por teléfono que duren como mínimo, una hora.
  • Me gusta el olor a tierra mojada.
  • Me gusta ver el arco iris.
  • Me gusta el azul.
  • Me gusta ayudar y dar todo por los demás.
  • Me gusta que me entiendan.
  • Me gusta el regaliz y el algodón de azúcar.
  • Me gusta darme cuenta de mis errores.
  • Me gusta mi paciencia.
  • Me gustan las bodas.
  • Me gustan las revistas de cotilleos.
  • Me gusta desentonar.
  • Me gusta escuchar discos en las tiendas de música.
  • Me gusta experimentar.
  • Me gusta mi flexibilidad.
  • Me gusta mi constancia.
  • Me gusta saborear el primer helado del verano.
  • Me gustan las mandarinas. A decir verdad, soy adicta a ellas.
  • Me gusta el chocolate.
  • Me gusta coleccionar cosas. Entre mis excentricidades está coleccionar sellos, tickets de ropa, etiquetas de ropa y entradas de cine.
  • Me gusta atiborrarme de agua cuando estoy sedienta.
  • Me gusta hacer visitas culturales.
  • Me gustan las alturas.
  • Me gustan las risas contagiosas.
  • Me gusta hacer flashback.
  • Me gusta ser feliz.




viernes, 27 de julio de 2012

Como rocas

Nos venden prototipos perfectos de hombres y mujeres y nos pasamos la vida intentando ser como ellos: haciendo ejercicio, llevando dietas inadecuadas, comiendo sin sal sin disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Porque nos quieren vender un producto y quieren que seamos todos iguales llegando a menospreciar nuestro verdadero aspecto. Y digo yo, ¿por qué tenemos que ser todos iguales? ¿No será mejor que cada uno potencie sus propias virtudes y deje de preocuparse por lo de fuera y pueda ser uno mismo? No quiero nada igual, porque la monotonía me aburre.

Al fin y al cabo lo de fuera es perecedero como cualquier fruta, sin embargo lo de dentro dura para siempre.  Podríamos decir que es como una roca. Una roca que va siendo erosionada por las olas de la vida. Puede ser más pequeña, más grande; más plana, más ancha; pero nunca encontrarás dos piedras iguales, al igual que los seres humanos.

Somos rocas. Duros como una roca aunque no nos lo creamos ya que aguantamos el peso del día a día. Nos hace fuertes y nos convierte en héroes. Ese héroe desconocido que todos llevamos dentro y que muchas veces se esconde, o lo escondemos mejor dicho, pero que espera paciente hasta su próxima salida para salvar tu mundo.

"Sé duro como una roca. Forma tu propia piedra angular."


miércoles, 25 de julio de 2012

Dos cosas nada más

Lo queremos todo y todo no se puede tener. Yo, ahora mismo, solo pido dos cosas: que no nos atormente el pasado y que sólo nos depare la felicidad.




martes, 24 de julio de 2012

Irreal

"El amor incondicional es tan irreal como el Ratoncito Pérez o el tinte de pelo que protege el medio ambiente."

GOSSIP GIRL

lunes, 23 de julio de 2012

Honey

Llevaba ya mucho tiempo queriendo escribir sobre ella pero no encontraba ni el momento ni la ocasión idónea. Le dí largas y prometí escribir sobre ella algún día pero no me salía… Pero ¿qué mejor momento que hoy, cuando la homenajeada cumple 20 años?

Me resultaba, mejor dicho me resulta muy difícil escribir sobre ella. Sí, difícil fue lo primero que pensé cuando tuve la primera conversación con ella. A decir verdad, a primera vista yo la ví bastante cerrada, como que sólo interactuaba con los que ya conocía y se me hizo bastante difícil (valga la redundancia) llegar hasta ella. Sinceramente, no sé ni cómo empecé a hablar con ella, creo que todo empezó porque yo empecé a hablar con sus mejores amigas. Tampoco es que no nos conociéramos porque ya nos conocíamos desde que teníamos 5 años. Era un “sí, yo te conozco y tú a mí también”.

Poco a poco y las famosas salidas en fin de semana hacían más amena mi situación por esos momentos. Ella convirtió pasito a pasito mi cielo gris en uno azul sin que yo me diese cuenta. En uno de los peores momentos exploté, ¿y quién estuvo allí? Ella. Fue la primera en escuchar ese tema algo escabroso que me atormentaba desde hacía un tiempo y me dió fuerza para enfrentarme a ello. Creo que una de sus muchas virtudes es esa: la valentía. Mirar a los problemas y enfrentarlos. Lo que más me sorprendió es que perdí una batalla pero ella me defendió a capa y espada conociéndome tan poco.
A partir de ahí todo cambió, ahí empezó todo. Empecé a escuchar su historia, su vida, que como siempre había sido algo más entretenida que la mía. Me gustaba ver cómo se “leían” la mente entre ellas y llegué a pensar: ¿Alguna vez podré hacer yo eso? Obviamente no sabía lo que me deparaba el futuro. Me gustaba su forma de pensar, de vestir, de caminar, de vivir la vida intensamente, me gustaba todo de ella. Pero ella aún no se había abierto del todo, según mi perspectiva. Pasaron los meses y me fui adaptando a su ritmo de vida del cual yo muchas veces me cansaba, no de aburrimiento sino de tanta intensidad todo el tiempo. Ella seguía, pero yo no aguantaba el ritmo, tenía que parar y coger aire. Ese aire tan puro que ella desprendía.

Nuestros caminos siguieron más juntos que nunca porque llegó el temido momento de elegir tu futuro y todos pensábamos que no íbamos a estar más con la gente que queríamos. Curiosamente, ella y yo elegimos el mismo que nos dictó el corazón; así, por casualidades de la vida. He de decir que me siento muy afortunada porque creo que soy la que más veces veo entre semana. Muchos me tendrán envidia, pero yo lo único que pensaba era: “Sí, soy su amiga, ¡al fin!”.

Aprendimos y nos preocupaban las mismas cosas. Me llegué a acomodar a su forma de pensar que al fin y al cabo no era tan complicado como yo me pensaba. Por fin podía “leerle” la mente. Por fin se había abierto del todo a mí y eso me produjo una inmensa felicidad.

Grandes cambios han sucedido desde que somos amigas. Unos para bien y otros para mal, pero el caso es que hemos seguido ahí juntas en la trinchera de la vida. Creo que has sido tú la que ha notado más cambios en mí a pasos cada vez más agigantados durante este tiempo y con eso me quedo satisfecha, ya que tú has sido una de las personas que ha protagonizado este cambio para bien. Quiero que estés orgullosa de mí.

Inesperadamente el amor llegó a tu vida y al principio yo era un poco hostil y recelosa a compartirte con alguien más pero si te digo que llegué a acostumbrarme, incluso a alentarte a que todo siguiese adelante porque algo cambió en ti, algo que muchos y yo notaron y es ese brillo en los ojos que toda persona enamorada tiene. Algo se accionó dentro de ti para ser más paciente, más cariñosa, más tú. Ese tú escondido que tenías desde siempre y que no querías mostrar por miedo a que te hicieran más daño.

No recuerdo ningún enfado contigo salvo uno no hace mucho, pero en verdad se necesitaba para recordarnos que ante la adversidad tenemos que estar unidas. Y eso hizo que ese lazo invisible al que yo llamo amistad se hiciera más fuerte.

Muchos querrán ser como tú, pero tú eres única. Me gusta tu valentía, tu fuerza de voluntad, tu comprensión, tus razones, nuestras miradas cómplices, nuestros apelativos cariñosos, tus consejos, tu forma de sacarme una sonrisa cuando lloro, tus abrazos, tus ataques repentinos de amor hacia mí, tu sonrisa, tu energía, tus historias alocadas… Tú, me gustas tú. Si pudiese describirte en una palabra, ¡claro que lo haría! Justo hay un adjetivo que me viene al pelo y es… INDOMABLE.




Y como colofón dejo aquí nuestra canción...




domingo, 22 de julio de 2012

Una historia que contar

Mundo loco. La vida da demasiadas vueltas. Lo que antes era negro ahora es blanco. Ha cambiado a mejor y me alegro. Pensé que nunca llegaría a decir esto y es que a decir verdad el tiempo lo cura todo. La enésima herida del corazón ha cicatrizado, ¡ya era hora! Todos tenemos las típicas canciones que nos recuerdan a esa persona y que finalmente acababa asomando alguna que otra lágrima. Ahora aparecían aleatoriamente estas canciones en mi reproductor de música y ni me inmutaba. Nada, ni aunque lo intentase con todas mis fuerzas. Parecía que no tenía lágrimas y a partir de ahí decidí que había que pasar página.

Alguna vez confesé que te echaba de menos y quien me escuchó puso el grito en el cielo. ¿Cómo podía ser? me repetía ella una y otra vez. Yo no sabía ni el cómo ni el por qué, simplemente te quería tener cerca y volver a acariciarte. Sin embargo, la respuesta me ha venido a la cabeza no hace mucho: A ti no te echo de menos aunque no pare de recordarte ni soñarte. Lo que echo de menos es una historia que contar. Una historia que al contarla aparezca una pequeña sonrisa, una historia de verdad, no como la de las películas ni mucho menos. Quiero una historia diferente y rara como yo.

Ya sé que me negué en rotundo desde un principio a esto, pero en lo más profundo de mí se albergan anhelos de romanticismo.

No sé cuando dejaré de acordarme de ti aunque ya me han dicho que eso nunca se olvida... Tu nombre grabado a fuego a lo largo de la cicatriz que aloja mi corazón lo dice todo. Pero lo más importante de todo esto es que ya NO duele y con eso me conformo para seguir siendo día a día un poquito más feliz.






viernes, 20 de julio de 2012

No regales a cualquiera

Ya no valoramos las cosas, al menos como antaño. Jugamos con todo y luego lo tiramos sin darle ninguna importancia. Por eso sufrimos, sufrimos nosotros y el amor. Al parecer todo síntoma de cariño se ha perdido y no tiene el significado que realmente debería tener. ¿Dónde han quedado esos abrazos sinceros al despedirte de alguien? ¿Dónde han quedado esas caricias y que la piel se te erice sin pedir nada a cambio? ¿Dónde han quedado esos besos robados en el portal para que nadie os viera?

Ahora abrazamos por gusto, para que el otro se quede tranquilo y de la sensación de que todo vaya bien aunque realmente vaya mal.

Acariciamos para pedir algo más, un favor, para ver que el otro se sienta querido y piense que es el/ la único/a para ti.

Y bueno, ya lo "más de lo más" es eso de los besos. Regalamos nuestra boca, nuestros labios, nuestros besos a cualquiera, al primero/a que pasa. Que no sólo es saliva o atracción, es algo más. Yo por lo menos veo algo más profundo, ¿y vosotros? Porque cuando besas, das algo de ti que ya se quedará para siempre en el otro en forma de recuerdo, tanto para bien como para mal. ¿Os imagináis partes de vosotros dispersadas en otras personas que conocéis de vista, conocidos o no tan conocidos por ahí? Sería un desastre: te perderías a ti mismo ante la imposibilidad de recoger tantas partes de ti esparcidas, olvidadas, incluso sin dueño.

Por eso, ahora os digo que no regaléis tantos besos, ni aceptéis tantas bocas prohibidas porque al final enloqueceréis hasta el punto de no reconocerte y decir frente al espejo: ¿Qué es lo que he hecho?

Simplemente, siente y deja que el corazón hable por ti, por vosotros y ahí empezará todo.


viernes, 6 de julio de 2012

Grita

Porque a cada calada de aire que tomas, te duelen los pulmones; a cada paso que das, las piernas se vuelven más pesadas; cada vez que intentas mirar entre la niebla, los ojos te piden que los cierres; cada vez que oyes una palabra, una ofensa, las lágrimas quieren anegar los ojos.


martes, 3 de julio de 2012

Mundos paralelos

Fuimos un todo y ahora somos un nada. Yo mi vida, tú la tuya, muy a gusto. ¿Para qué dijimos planes de futuro si ya sabemos cómo somos? Ni contigo ni sin ti. Quizás un término medio no me importaría, podría llegar a acostumbrarme en vez de taladrarme tanto la cabeza.

¿Que los polos opuestos se atraen? ¿Carga positiva? ¿Carga negativa? No sé yo. Nosotros somos dos imanes que se repelen y que no se van a juntar cuando hicimos aquel pacto de no hablarnos.

Que tú estás bien, que yo estoy mal; que tú ríes, que yo lloro. Pronto cambié el chip y estuvimos en igualdad.

Muy distintos. Dos caminos que se juntaron y se separaron al instante, muy paralelos. Si volvieran a juntarse... ¡No quiero ni pensarlo! Pero nos vino muy bien a los dos como vía de escape y ahora tan separados y tan bien. Somos como dos desconocidos que se conocen.