Pero la felicidad, amiga, no terminaría de colmarnos si no fuera fugaz como un beso, caprichosa como una sonrisa, distante como una galaxia remota, huidiza como una gota de mercurio rodando por el suelo. Quizás el secreto de la felicidad no esté en poseerla, sino en perseguirla cada día y soñarla. Y los recuerdos a veces duelen, es cierto, pero hay algunos que sólo provocan heridas porque evocan quizás felicidades pasadas. O felicidades tergiversadas que pensamos, con la distorsión que el tiempo presta al pasado, que alguna vez llegamos siquiera a rozar. Te envío mis mas sinceros saludos, con el deseo de que nunca dejes de perseguir lo que amas.
Pero la felicidad, amiga, no terminaría de colmarnos si no fuera fugaz como un beso, caprichosa como una sonrisa, distante como una galaxia remota, huidiza como una gota de mercurio rodando por el suelo. Quizás el secreto de la felicidad no esté en poseerla, sino en perseguirla cada día y soñarla.
ResponderEliminarY los recuerdos a veces duelen, es cierto, pero hay algunos que sólo provocan heridas porque evocan quizás felicidades pasadas. O felicidades tergiversadas que pensamos, con la distorsión que el tiempo presta al pasado, que alguna vez llegamos siquiera a rozar.
Te envío mis mas sinceros saludos, con el deseo de que nunca dejes de perseguir lo que amas.