Translate

martes, 31 de diciembre de 2013

Año 2013: Año de contrastes

El otro día mientras comía en el trabajo, mi jefe me dijo: "Bea, el 2014 va a ser un año genial". Y yo respondí: "¿Y eso cómo lo sabes? ¿Eres ahora Rapel, o qué?". Se rió y simplemente me dijo: "Porque lo sé y punto. Los años que acaban en par son mejores para mí". Yo sonreí y no supe muy bien qué decir. Es cierto que muchas personas miran si el año es par o impar y la mayoría apuesta por los pares. ¿Y yo qué era, de pares o impares? Eso me hizo recordar el 2012 y el 2013 y pensar cuál había sido mejor. Eran incomparables. Cada uno había tenido sus cosas mejores y peores. Me declaraba neutral, como Suiza.
El 2013 pasó como una ráfaga ante mis ojos (y a tiempo real también había pasado rapidísimo) mientras comía del tupper que me había preparado mi madre. Estuve todo el día dándole vueltas, haciendo un balance anticipado. Ahora es el momento de hacerlo y puedo decir sinceramente que aunque haya sido un año impar ha sido un año increíble.

Los 20 han traído en mí un cambio de década, pero sobretodo, madurez. He llevado todas mis emociones al límite, he aprendido, he vivido, he sido y soy feliz. Sin lugar a dudas, he hecho un trabajo interior indescriptible de lo que estoy totalmente orgullosa que hacía bastante falta. Me he conocido a mí misma, sabiendo cuáles son mis virtudes, potenciándolas, y defectos, corrigiéndolos. He conocido mis límites llegando a la conclusión de que soy más fuerte de lo que pensaba.

Ha sido un año increíble, pero raro, de contrastes, como dice el título. La felicidad ha llamado a mi puerta después de tanto tiempo, pero también me he encontrado con la tristeza, el dolor, porque aunque no lo parezca este ha sido un año durísimo. 

He descubierto la independencia, el ser el dueño de tu destino, el sacarte las castañas del fuego como diría mi padre. Esto me lo ha dado mi primera experiencia laboral, donde tienes que hacerte notar, dar lo máximo de ti, hasta casi quedarte sin aliento.

Tanto en el trabajo como en la calle he aprendido a no dejarme pisotear, a hacer oídos sordos a las críticas, porque es la envidia lo que les corroe, pero no me verán caer, porque yo soy más fuerte que todo eso.

He vivido de cerca la muerte de gente que quería. Toda una verdadera lástima. Ver cómo tu corazón se va rompiendo poco a poco al ver a personas que quieres llorar de dolor y tristeza. ¡Qué pena que no puedan ver el año que nos espera aquí en la vida terrenal! Supongo que allí arriba en el firmamento entre estrellas, Él los cuidará. Verán desde arriba cómo aquí no perdemos la esperanza y que siempre nos acordaremos de ellos.

Me he chocado de nuevo con la mentira, la soberbia, el egoísmo, la envidia y las falsas promesas de gente de mi alrededor. Intentando encontrar un por qué, una explicación lógica a todo pero no la encontré quizás porque no entra en mi mente ese tipo de comportamientos. Pero como dice una buena amiga mía, la gente al final acaba volviendo arrepintiéndose de lo que han hecho mal. Yo, espero que sea así.

¡Pero todo no han sido cosas malas! La felicidad llama a tu puerta cuando menos lo esperas como ya he dicho antes, pero siempre después de un gran esfuerzo y esperanza en el futuro. Mis gafas de miope, hacen que vea de otro color las cosas, la vida en general, porque las cosas malas no duran eternamente y sé que lo mejor está por venir.

He vivido más de cerca la amistad. Esa palabra un poco dañada por el paso del tiempo. Por todas esas personas que siguen estando conmigo año tras año, ayudándome, apoyándome, queriendo seguir formando parte de mi vida, por hacerse un hueco en mi corazón a las que estaré siempre agradecida y que a pesar de las dificultades, seguimos estando al pie del cañón. Por todas esas maravillosas personas que he conocido este año y que están siendo proyecto de algo grande. Por todas esas personas que se han separado de mi lado, por unas razones o por otras, ya da igual, aquí libertad... Porque encuentren y disfruten de la palabra felicidad igual o mejor que yo. Que aunque sigamos caminos distintos, una vez estuvieron juntos y lo aprovechamos al máximo, para que quede constancia.

He valorado un poco más a personas de mi entorno que había dejado olvidadas y que ellas seguían luchando por mí sin yo darme cuenta. Me arrepiento de ello y os lo pagaré con creces porque se han convertido en algo muy importante en mi vida.

La fe ha sido el regalo más grande este año. Este año he dado el paso, este año me he confirmado. Este año soy más cristiana con mi fe, mis acciones, mis pecados, mis confesiones, mis oraciones y mi confianza en Ti. Sé que me estás preparando algo grande, yo te recibo y recibo lo que me traigas con mucha fuerza, amor y valor. Gracias por no olvidarte de mí y quererme tal y como soy.

Poco queda más que añadir a este año de idas y venidas, de subidas y bajadas como una montaña rusa. Sólo pido al 2014 algo más de tranquilidad, esperanza, amor y que vaya todo un poquito mejor que el anterior, porque nos lo merecemos, todos.

Creo que me dejo muchas por contar pero he intentado resumir todo lo mejor posible. Iré contando mis nuevas aventuras con nuevas entradas para el 2014 sobre mis viajes, mi familia, mis amigos, mis inquietudes, mis miedos, mis descubrimientos, mi vida, al fin y al cabo.

¡Feliz 2014!


domingo, 29 de diciembre de 2013

Siempre nos quedará París

Puede que el amor se nos agotara aunque yo lo negaba delante tuya una y mil veces. Que esta vez iba a ser diferente, que teníamos que luchar. ¿Luchar por qué? Me decías y por orgullo no te daba la razón porque decías la verdad.

¿Qué nos había pasado? Todas las cosas vividas no parecían haber significado nada para ti. Pero para mí, seguían siendo parte de los pensamientos nada más levantarme, al acostarme, lo que soñaba cada noche retomando cualquiera de nuestras citas. Ahora, me levanto sin un motivo claro, divagando por la calle, sin rumbo fijo, cayendo en la rutina del trabajo, sin poner demasiado entusiasmo a todo lo que hacía. Todo me recordaba a ti, porque hicimos de Madrid nuestro pequeño hogar.

Cada vez que quedábamos impregnábamos nuestros aromas, nuestras risas y nuestros besos por todo Madrid. Habíamos dejado huella y ahora, que no había nada, dolía cada día un poquito más. Ese banco de piedra blanco donde nos sentamos los dos por primera vez frente al lugar donde trabajo, sigue inmaculado, esperando a que otros hagan de las suyas, mientras yo sigo pasando cada día con nostalgia antes de ir a trabajar.

Nuestro restaurante favorito, nuestra calle favorita, nuestro sitio favorito, nuestro parque favorito... Y aunque mis amigas me lo prohíban, yo sigo pasando por el portal de tu casa, esperando, tal vez, que por casualidad, tú bajes a buscarme. Pero no es así.

Mi casa. Escuchar a través del telefonillo tu voz algo distorsionada pero que yo distinguía a la perfección. Cuando te abría la puerta y tu esbozabas una gran sonrisa al verme.

Mi cama, quizás algo pequeña para dos personas pero con sitio suficiente para albergar ese amor que tanto nos profesábamos.

Aparte de nuestra ciudad, queríamos también divulgar nuestro amor por el resto del mundo. París, oh là là!, ¡qué encanto de ciudad! Parecía que sabía que llegábamos para darnos un gran consejo: El amor lo puede todo, pero ese amor hay que utilizarlo bien en beneficio común. Pusimos nuestro amor plasmado en un candado con nuestros nombres en el famoso Pont des Arts donde todos los locos de amor admitían su "enfermedad": estar locos de amor, ese amor que no paraba sino que iba aumentando. Esa llave que tiraste para que el Sena se la tragase...

Recuerdos... La situación va normalizándose y aunque hayamos acabado de la peor forma posible sin poder mirarnos a los ojos, siempre nos quedará París.



viernes, 6 de diciembre de 2013

Remedio natural

Dicen que el tiempo cura las heridas. Y es que tienen toda la razón del mundo. Es el mejor remedio natural para combatir el dolor, el betadine de las heridas no físicas.

Al principio lo verás como una locura, ¿cómo voy a superar yo esto? Todos los días piensas en ello, te acuerdas de aquella persona, aquellas palabras, aquella canción, aquel lugar, aquel momento juntos, aquella fecha... Eres tan masoca que en tu sueños, sigues reviviendo ese momento, queriendo volver al pasado, inventando mil formas de acabar diferentes, siendo espectador pero desde diferentes puntos de vista como en una película, cosas que podrías haberte callado, cosas que podrías haber dicho...

Arreglarte más de lo habitual por si os encontráis de nuevo, ensayando lo que dirías, posando ante el espejo y poniendo tu mejor sonrisa para que vea que eres feliz, incluso más. Pero no cuela, amigo.

Y es que nadie ve que por las noches sigues llorando, haciendo creer a los demás que echas de menos a esa persona. Llorar por pena, por decepción, por dolor y es así cuando chocamos con nuestra humanidad, nuestros anhelos, nuestros deseos; la herida que empieza a abrirse como un volcán en erupción.

Pero de repente, un día, se te pasa esa fecha conjunta, te das cuentas que ya no lo piensas tanto y estás mucho más centrado en tus cosas, que esa canción ahora te evoca un bonito recuerdo, que ya no lo echas de menos. Te das cuenta de que la herida se ha cerrado, que el tiempo ha hecho de las suyas y ha cicatrizado la herida sin saber cómo, por arte de magia. Tocas con cuidado y sientes a través de la yema de tus dedos el relieve de la cicatriz: otra herida de guerra a la que has sobrevivido y que ya no duele.

Un día leí que el primer paso para olvidar es echar de menos. Quizás haya que empezar por ahí, echando de menos...


sábado, 2 de noviembre de 2013

Máquina del tiempo

Hace poco volví a escuchar esta canción llena de positivismo. ¡Qué fácil era todo en aquella época! Creerse dueño del mundo era la leche. La única preocupación era saberte bien bien la ecuación para resolver ecuaciones de segundo grado. Ya con eso, nos creíamos unos genios de las mates. Ya ves tú...

Pero en ese momento no sabíamos lo que se nos venía encima. Con 12 años la ya no tan infancia la creíamos eterna. Recuerdas aquella inocencia con cariño, con tus amigos de toda la vida haciendo las mismas tonterías que tú, queriendo "ser mayor".

Ahora, ocho años después, quieres volver a todo aquello: a no tomar tantas decisiones, a no saber la verdad de muchas cosas, a dejarte llevar... 

Siempre nos quedarán ésta y otras canciones que nos trasladen a momentos felices de nuestra vida.


viernes, 18 de octubre de 2013

Buenos por naturaleza

Yo soy como Rousseau, que dijo que el hombre es bueno por naturaleza. Yo también quiero creerlo. De hecho, lo creo. Es mientras crecemos, cuando alguno puede perder el rumbo y "hacerse malo" porque la vida le ha dado muchos palos, le ha tratado mal y ya decide ir por el camino equivocado (el bueno desde su punto de vista).

Somos buenos, pero el egoísmo, la envida y la codicia hacen que distorsionen cómo vemos las cosas. Arramplar con todo y con todos. Y así no podemos seguir porque hacemos daño.

Es verdad que nadie conoce nuestra historia, los verdaderos motivos de por qué la gente actúa de la forma en que lo hace. Y cuando escuchas sus historias puedes intentar a llegar a entenderlo pero sin llegar a estar del todo de acuerdo con la persona.

¿Y qué culpa tiene el que intenta entrar en tu corazón si has tenido mala suerte en el amor? Ninguna. Deja que entre, poco a poco. Aunque creas que va a invadirte, hay que dejar atrás los miedos y el pasado. Porque abrirse al amor saca lo mejor de ti aunque luego te lleves el golpe del siglo, eso te ayudará a ver lo fuerte que eres y las precauciones que debes tener para las innumerables futuras veces.

"Cada uno recoge lo que siembra". Es una frase que viene muy al caso aquí. Puedo entender que trates mal a la gente porque mucha gente te ha tratado mal. Pero he de deciros que por ahí vamos mal. 

"Trata a los demás como los demás quieres que te traten a ti". Es uno de los mejores consejos que me ha dado mi padre y que intento cumplir a rajatabla.

Da sinceridad, y recogerás confianza. Da paz, y recogerás tranquilidad. Da apoyo y comprensión, y recibirás amistad. Y lo más importante: da amor, y recibirás amor, mucho amor. Y encima, del bueno.





domingo, 13 de octubre de 2013

Un clavo en la puerta

Un joven tenía tan mal carácter que su padre no tuvo más remedio que idear una estrategia para ayudarle. Un día, le regaló una bolsa llena de clavos y le dijo que, cada vez que perdiera la paciencia, tendría que clavar uno de esos clavos tras la puerta.

El primer día, el muchacho clavó más de 30 púas, pero a medida que pasaban las semanas consiguió ir controlando su genio, y como resultado, cada vez tuvo que gastar menos clavos. Y es que era mucho más fácil poner freno a su mal carácter que pasarse el día dando martillazos.

Cuando el joven consiguió tener un control absoluto sobre los brotes de mal genio, su padre puso en marcha la segunda parte de su plan: le pidió que retirase uno de los clavos de la puerta cada día que lograra contener su ira.

Los días iban pasando con tan buena fortuna que el muchacho pudo comunicarle al padre que ya no quedaba ni un solo clavo que arrancar de la maltratada puerta. Y, entonces, el padre le dijo: "Hijo mío, te felicito por el esfuerzo que has hecho, pero mira todos los agujeros que has dejado en la puerta. Piensa que cada vez que pierdas la paciencia o que des muestras de tu mal carácter, dejarás en los demás cicatrices tan difíciles de curar como las que ves aquí".

miércoles, 9 de octubre de 2013

True story

- Eres increíble, tía. No sé por qué tengo tanta suerte.
+ ¡Gracias! Hacía mucho que no me decían esto. Te lo agradezco de verdad.
- ¡Anda tonta! Porque quizá es tan obvio que es así. Que la gente no lo dice.

Conversación real entre una amiga y yo. Porque cuando la amistad supera estos límites, hay que dejarlo plasmado.

Gracias por este año de fuerza, esperanza, comprensión y apoyo mutuo.

Ocho bizcocho.


sábado, 5 de octubre de 2013

Almas desnudas

Dear Miley,
I wasn’t going to write this letter, but today i’ve been dodging phone calls from various newspapers who wished me to remark upon your having said in Rolling Stone your Wrecking Ball video was designed to be similar to the one for Nothing Compares… So this is what I need to say… And it is said in the spirit of motherliness and with love.
I am extremely concerned for you that those around you have led you to believe, or encouraged you in your own belief, that it is in any way ‘cool’ to be naked and licking sledgehammers in your videos. It is in fact the case that you will obscure your talent by allowing yourself to be pimped, whether its the music business or yourself doing the pimping.
Nothing but harm will come in the long run, from allowing yourself to be exploited, and it is absolutely NOT in ANY way an empowerment of yourself or any other young women, for you to send across the message that you are to be valued (even by you) more for your sexual appeal than your obvious talent.
I am happy to hear I am somewhat of a role model for you and I hope that because of that you will pay close attention to what I am telling you.
The music business doesn’t give a shit about you, or any of us. They will prostitute you for all you are worth, and cleverly make you think its what YOU wanted.. and when you end up in rehab as a result of being prostituted, ‘they’ will be sunning themselves on their yachts in Antigua, which they bought by selling your body and you will find yourself very alone.
None of the men oggling you give a shit about you either, do not be fooled. Many’s the woman mistook lust for love. If they want you sexually that doesn’t mean they give a fuck about you. All the more true when you unwittingly give the impression you don’t give much of a fuck about yourself. And when you employ people who give the impression they don’t give much of a fuck about you either. No one who cares about you could support your being pimped.. and that includes you yourself.
Yes, I’m suggesting you don’t care for yourself. That has to change. You ought be protected as a precious young lady by anyone in your employ and anyone around you, including you. This is a dangerous world. We don’t encourage our daughters to walk around naked in it because it makes them pray [sic] for animals and less than animals (a distressing majority of whom work in the music industry and the associated media).
You are worth more than your body or your sexual appeal. The world of showbiz doesn’t see things that way, they like things to be seen the other way, whether they are magazines who want you on their cover, or whatever.. Don’t be under any illusions.. ALL of them want you because they’re making money off your youth and your beauty.. which they could not do except for the fact your youth makes you blind to the evils of show business. If you have an innocent heart you can’t recognise those who do not.
I repeat, you have enough talent that you don’t need to let the music business make a prostitute of you. You shouldn’t let them make a fool of you either. Don’t think for a moment that any of them give a flying fuck about you. They’re there for the money.. we’re there for the music. It has always been that way and it will always be that way. The sooner a young lady gets to know that, the sooner she can be REALLY in control.
You also said in Rolling Stone that your look is based on mine. The look I chose, I chose on purpose at a time when my record company were encouraging me to do what you have done. I felt I would rather be judged on my talent and not my looks. I am happy that I made that choice, not least because I do not find myself on the proverbial rag heap now that I am almost 47 yrs of age.. which unfortunately many female artists who have based their image around their sexuality, end up on when they reach middle age.
Real empowerment of yourself as a woman would be to in future refuse to exploit your body or your sexuality in order for men to make money from you. I needn’t even ask the question.. I’ve been in the business long enough to know that men are making more money than you are from you getting naked. Its really not at all cool. And its sending dangerous signals to other young women. Please in future say no when you are asked to prostitute yourself. Your body is for you and your boyfriend. It isn’t for every spunk-spewing dirtbag on the net, or every greedy record company executive to buy his mistresses diamonds with.
As for the shedding of the Hannah Montana image.. whoever is telling you getting naked is the way to do that does absolutely NOT respect your talent, or you as a young lady. Your records are good enough for you not to need any shedding of Hannah Montana. She’s waaaaaaay gone by now.. Not because you got naked but because you make great records.
Whether we like it or not, us females in the industry are role models and as such we have to be extremely careful what messages we send to other women. The message you keep sending is that its somehow cool to be prostituted.. its so not cool Miley.. its dangerous. Women are to be valued for so much more than their sexuality. we aren’t merely objects of desire. I would be encouraging you to send healthier messages to your peers.. that they and you are worth more than what is currently going on in your career. Kindly fire any motherfucker who hasn’t expressed alarm, because they don’t care about you.

Carta de Sinead O'Connor a Miley Cyrus

No es mi estilo poner cosas en inglés, ni mucho menos cartas pero el otro día encontré esto en el periódico y dije, ¿por qué no? Toda una declaración de que las mujeres tenemos que ser libres y firmes en esta vida, porque sino, te comen. No ser tan ilusas y dejarnos llevar por palabras bonitas. Que el cuerpo de una mujer no lo es todo. Hay que ir más allá, pero eso poca gente lo ve. Poca gente tiene esa mágica capacidad de ver a través de nuestro corazón y ver quienes somos en realidad. Desnudas y no de cuerpo, sino de alma. Pero casi siempre la primera impresión es la que cuenta y muchos estamos equivocados.

Indaga, rasca para conocer el tesoro que andas buscando.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Insonorizada

Hoy no quiero saber nada del mundo, ni de nadie. Hoy no quiero encender la televisión. Hoy no quiero contestar ningún whatsapp. Hoy no quiero salir a la calle.

Lo único que quiero es tumbarme en la cama y estar a oscuras. Encontrarme con mis pensamientos, sin preocupaciones. Sólo quiero escuchar una voz en mi interior que me susurre: "Todo va a salir bien. Lo estás haciendo bien. No te asustes porque lo bueno está por llegar. La calma y serenidad vendrán pasarán dentro de poco por tu vida. Todo lo vas a superar porque eres más fuerte de lo que realmente crees, y las personas fuertes necesitan desafíos que estén a su altura. Confía en ti. Tú puedes con todo esto y más."

viernes, 27 de septiembre de 2013

Tic tac

Cuando ya parecía que los problemas habían desaparecido, aparecen otros nuevos, y quizás más decisivos que nunca. Es muy incómodo estar en una disyuntiva, ¿sabéis? En eso estoy yo ahora mismo, que no sé qué hacer con mi vida... 

Había resuelto el conflicto aquel de anclarme en el pasado, porque no sirve para absolutamente nada, solo para crearte más inseguridades y arrepentimientos innecesarios. Yo me estaba centrando en el día a día. Pero dentro de poco tocará tomar decisiones muy importantes que marcarán el ritmo de mi vida en el futuro y estoy hecha un lío sin saber qué hacer.

Antes parecía que todo estaba planificado y tus padres te guiaban: el colegio, bachillerato... Tu vida estaba marcada por un camino más o menos fácil, según lo vieras. El momento universidad es un paso decisivo también pero que si lo tenías claro y ponías empeño se puede conseguir fácilmente. Yo me decía a mí misma: "Bah, la universidad, anda que no se va a hacer eterno..." ¡Ya, claro! Todavía recuerdo el primer día de universidad: todos mirando a caras desconocidas intentando descifrar a través de sus caras si serían amigos tuyos en el futuro. Y ahora, me enfrento al último año de carrera. Estos cuatro años se han pasado en un abrir y cerrar de ojos. ¿Y ahora, qué?

A mitad de año del año que viene, mi vida tiene un abismo, ¡y no exagero! Me asusta el futuro. Bueno no, realmente el futuro no me asusta. Me asusta el hecho de no tener nada planificado y organizado. Soy así de maniática. 

Mi cabeza últimamente no está a lo que está por esto y por otros sucesos inesperados del presente. Mi neurosis es tal que hasta durmiendo que es cuando debería descansar, me pongo a soñar con lo que será mi vida en un año pensando si las cosas habrán cambiado mucho, aunque bueno, nadie puede predecir el futuro. Debería relajarme un poco...

Hay tantos planes en mente y tantas cosas que quiero hacer que no puedo hacer todas y debo decidir. Decidir, esa palabra que me da tanta grima. Decidir mi futuro (qué mal suena eso, y sobretodo si está escrito). Pero es lo que toca. La vida es una continua toma de decisiones. Pero, ¿y si después de lo que elija me arrepiento? ¿Podré remediarlo? ¿Podré soportarlo?

Espero que esta pequeña crisis se pase pronto, pero en el fondo algo me dice que no me preocupe, que todo saldrá bien decida lo que decida, pase lo que pase. Que no hay nada perdido, que siempre se puede retroceder, rectificar y apostar por algo mejor o que te haga sentir mejor. Que no hay malas decisiones, malos lugares, ni malas situaciones. Es tu disposición hacia esas decisiones, esos lugares, esas situaciones lo que hará que realmente seas feliz.



jueves, 19 de septiembre de 2013

Abstemia de amor

Pues parece ser que no aprendemos. Ambos. La misma historia de siempre. La misma "tontería" de siempre: Uno sufre y el otro parece ser que le da igual y está perfectamente.

Que no somos máquinas, que no tenemos atrás un botón que diga reset. Creo que algunos lo piensan y creen que con darle al botoncito lo olvidamos todo y volvemos a empezar. ¡Pues no! Somos personas, y sentimos, que eso es lo que nos hace diferentes del resto de animales: que sentimos, que tenemos memoria, que tenemos recuerdos...

Pero últimamente manda el amor propio, el egoísmo y el egocentrismo. Cero empatía con el de al lado: Que se joda si yo soy feliz. Lo que no saben es que cuando se hace una cosa, hay que pensar las consecuencias y pensar en si se va a hacer daño al o los que tenemos alrededor. Lo puedo decir más alto pero no más claro: se puede compatibilizar todo y se puede pensar en uno mismo y lo que es mejor para cada uno a la vez que hacemos felices a los demás. A ver si algunos aprenden un poco.

Pues si el amor propio va a ser el must-have de esta temporada... Habrá que seguir a la masa, ¿no? Aunque algunos ya lo llevan de fábrica. Aclarar que no es amor propio en su estricto significado, sino que primero estoy yo: quererme yo, valorarme yo, ayudarme yo y lo demás es secundario, pero sin dejarlo de lado, claro. No dejes que su mierda te salpique y menos que te afecte.

Será que yo veo las cosas de otra manera, y que me enciendo cuando veo alguna injusticia. Será que soy demasiado romántica (no tanto como las pasteladas de películas americanas). Y es que nunca he cerrado las puertas, lo que pasa es que me las han cerrado de un portazo en toda la cara, que eso duele más. Habrá que desempolvar la coraza y ponérsela de nuevo para que no le hagan más daño.

¿Por qué hay personas que desprestigian algo tan puro como el Amor?





martes, 17 de septiembre de 2013

Siempre en positivo, nunca en negativo

"El mundo te romperá el corazón de todas las formas imaginables, eso está garantizado. Y yo no puedo explicarlo, como tampoco la locura que llevo dentro y la que llevan los demás. Pero, ¿sabéis qué? El domingo vuelve a ser mi día perfecto. Pienso en lo que todos han hecho por mí, y creo que soy un tío muy afortunado."

EL LADO BUENO DE LAS COSAS


martes, 10 de septiembre de 2013

Estrella

Hoy, hace 18 años nació una estrella, pero no está en el cielo. Tengo la suerte de tenerla a mi lado durante estos dieciocho años sin intermitencias. Y no es una estrella fugaz porque no se va a ir de mi lado.

Tengo la suerte (por segunda vez) de haber elegido su nombre cuando nació. Yo tenía casi 3 años. Tuve ese gran honor a tan temprana edad.

Yo decía que era una llorona, aunque bueno, ¿qué esperáis de un bebé? La verdad, es que me adapté fácilmente a ella y con el paso del tiempo se ha convertido en mi pequeña conciencia porque ella sabe lo que es justo y lo que no, me da serenidad.

Recuerdo su primer día de cole y yo no me quería separar de ella (que conste que ella tampoco de mí) y se me partía el alma cuando yo me tenía que ir antes a clase y ella lloraba porque se tenía que quedar más tiempo en el comedor y se le hacía eterno (media hora). Pero el primer día, ella vio en vivo y en directo mi segunda brecha cuando jugábamos en el recreo, ¡qué pena! Pero menos mal que ella estaba ahí conmigo que, aunque no hacía nada, sus ojos oscuros y sinceros me tranquilizaban mientras yo me desangraba (parece que lo estoy contando muy trágicamente, pero tampoco fue para tanto). Los niños con 8 años exageran mucho, y yo en ese momento lo pasé mal.

Ella fue creciendo y fue aficionándose a la lectura llegando a crearse su propio mundo, su burbuja en la que ella era la mar de feliz y que llegó a olvidarse por un momento de la realidad porque pensaba que como en los libros, la fantasía supera la realidad; aunque puso los pies en la tierra pero con los ojos mirando el cielo para en cualquier momento volar y evadirse a su mundo en momentos fugaces, cuando ella quisiese. Todavía no hemos podido desengancharla de su afición (adicción diría yo) a los libros. Su filosofía es, que cuantas más hojas tenga, mejor. Así devora los best-sellers. Así se le van los ojos en las librerías y bibliotecas y es tan feliz cuando le regalan un libro y están todos ordenados en su estantería de best-sellers. Puede leérselos una y otra vez, sin llegar a cansarse.

La creatividad también corre por sus venas. Decora a su antojo cualquier posesión y lo hace meticulosamente, con amor, con cariño hasta dejarlo como a ella le gusta. Maestra en eso de los abalorios y los mil peinados que se inventa o con solo ver una vez un tutorial, puede hacer maravillas con tu pelo.

Las gafas, los vaqueros, las camisas de cuadros y las converse son sus grandes aliados. No tiene un estilo definido: es sencilla en eso de vestir. No es muy de tendencias. Le gusta ir cómoda y no le importa el qué dirán ya que ella con tal de ir a gusto, es feliz.

Un reloj y su reproductor de música son sus imprescindibles antes de salir de casa. El rojo y el morado son sus colores favoritos (lo dicen sus innumerables pulseras que lleva en su muñeca siempre y cuando sean rojas o moradas). El elefante es su animal favorito. Tarzán, su película de Disney favorita, junto con Dumbo (obvio, ¿no?).

Madridista de nacimiento y fiel a Iker Casillas y a los ya retirados y grandes futbolistas Raúl y Zidane. Enamorada de su vampiro y actor favorito, Robert Pattinson. Coleccionista de frases que le gustan y que apunta en su famoso libro de frases.

Adicta a las series y a las películas: las ve tanto en la tele como online ya que no se despega de su portátil. Incansable de la música. Sus favoritos: Taylor Swift, Bruno Mars, Imagine Dragons, Adele, Coldplay, Beyoncé y Rihanna, entre otros y también muy de clásicos, como Queen, los Beatles o Michael Jackson.

Ella en sí, es un diamante en bruto, un espíritu incansable que lo da todo. Le repatean las injusticias, sufre con los más desfavorecidos. Ella es humildad, timidez, sensibilidad, justicia, empatía, alegría, vive el presente y sabe que el esfuerzo es la mayor recompensa de todas. Hace oídos sordos de las críticas, sobre todo si vienen de gente que no le interesa porque sabe que no le harán daño. Muy amiga de sus amigos, y la sinceridad por encima de todo.

Es la estrella que hace que mi día brille tanto de día como de noche aquí en la tierra, muy cerquita mía, casi las veinticuatro horas del día juntas. Ella me da esa segunda opinión, la objetividad cuando yo estoy hecha un lío. Porque es uno de mis siempre más especial porque sé, que nunca se irá de mi lado. Es lo que tiene compartir la misma sangre, ser hermanas.

Y aunque yo la llame friki ingeniera con cariño ahora se enfrentará a la temida universidad pero que ella superará con creces porque todo lo que se propone, lo consigue.

Es mi estrella terrenal y no quiero que deje de brillar nunca, por eso la protegeré para que esté conmigo y se sienta segura. Por esto mismo, yo elegí su nombre, porque su nombre en hebreo significa “estrella”. Con más razón, que sea mi estrella particular.



¡Felices 18 sister! Te quiero mucho, Esther.






jueves, 5 de septiembre de 2013

El dolor merece la pena

“En las fotos, los escaladores de montañas están sonriendo, pletóricos, triunfantes. Nadie hace fotos del camino porque, ¿quién quiere recordarlo? Nos exigimos porque es necesario, no porque nos guste. El implacable ascenso, el dolor y la angustia cuando intentas superarte. Nadie hace fotos de eso. Nadie quiere acordarse, sólo queremos recordar las vistas desde la cima, el incomparable momento en la cima del mundo. Eso nos ayuda a seguir ascendiendo y el dolor merece la pena, eso es lo extraño, que merece la pena.”


ANATOMÍA DE GREY

domingo, 1 de septiembre de 2013

Parón vacacional

Ya estamos en el temido septiembre. Ese mes que significa la vuelta al cole, a la universidad, al trabajo y todas esas cosas horribles que conllevan el mes de septiembre.

Toca volver a poner el despertador o las odiosas alarmas en el móvil con ese sonidito característico de alarma que querríais que se callase para siempre.

Desplazarse en transporte público o coche. Los atascos, llegar puntual, ver caras no conocidas y algunas no muy amigables por las horas que son.

Ponerse las pilas de nuevo y un chute de vitaminas para sobrevivir al primer día.

Pero los parones o las vacaciones son buenas para oxigenarte, desconectar, recargar pilas para el largo otoño e invierno que se acercan. Da igual que sea playa o montaña, el caso es evadirse. Para gustos, los colores.

Debe haber tiempo para salir a cenar, pasear, pasar una semana con tus mejores amigos, con tu familia, ir al extranjero a visitar un país nuevo o viajar solo, que también es otra posibilidad; siempre y cuando no se pierda la esencia de las vacaciones: reposo, que es perfectamente compatible con el ocio pero el reposo es algo fundamental.

Desconectar un rato de la ciudad: no oír el rugir de los coches a todas horas, la contaminación, la multitud de gente (aunque luego adoremos las grandes ciudades), pero muchas veces te agobia…

Hay que reservar un tiempo para reflexionar sobre todo lo que ha pasado en los últimos meses porque seguro que no has tenido ni un minuto del día para pararte a pensar. Pero es necesario. ¿Cómo estoy? ¿Dónde estoy? ¿Estoy dónde realmente quiero estar? ¿Me he esforzado suficiente? ¿Qué debo cambiar? ¿He hecho algo mal? ¿He hecho daño a alguien con mis actos o mis palabras? Todas estas preguntas, y más, viajarán por tu mente a sus anchas y tienen que ser respondidas de una en una con mucha calma y sinceridad.

Aunque sean vacaciones, intenta cerrar temas que has dejado apartados por no tener tiempo durante los días laborales, pero sin prisa, lo primero eres tú, y tienes que disfrutar de las merecidas vacaciones.

Echar de menos a la gente es lo más normal del mundo en vacaciones. A veces surgen peleas absurdas por el hecho de “no me has llamado”, “te has olvidado de mí”, “ya no me haces caso” y últimamente el whatsapp no te deja echar de menos a la gente. Tu móvil siempre vibrando, incluso de madrugada. Echar de menos es un sentimiento que tiene que existir, por más que la tecnología quiera arrebatárnoslo. Ese sentimiento, el echar de menos te ayuda a saber qué gente es realmente importante para ti y que desearías en ese momento estar con ellos, a toda costa. Piénsalo.

Y que esto no te suene muy egocéntrico. Tú eres el centro de tu mundo. Mímate especialmente en vacaciones sin dejar de lado a las personas que quieres. Pero tu interior es importantísimo. A veces hay que parar el tiempo durante un momento y centrarte únicamente en ti. ¿Hace cuánto que no piensas exclusivamente en ti ni un ratito? Haz un trabajo interno importante durante el verano y haz que la palabra trabajo no signifique solo el hecho de ir al trabajo, hacer trabajos de clase, etc. Hoy trabaja para ti y para nadie más. Sé el jefe de tu vida. Exígete como el que más. Cáete siete y levántate ocho. ¡Claro que habrá fracasos! Pero date todas las oportunidades que quieras. Date caprichos: cómprate ese bolso que tanto deseas, o el disco de tu grupo de música favorito, o un libro (ojo, no tiene por qué ser algo material)…


Pero sobretodo, perdónate. Concédete ese don que es el más valioso de todos. Sé para ti mismo ese amigo que te consuela cuando estás mal. Sé tu mejor amigo y a partir de ahí, se abrirán a tu favor todas las puertas que puedas encontrarte a lo largo de tu vida y superarás todas las barreras, porque tú puedes con todo, ¡y más!



domingo, 25 de agosto de 2013

A 1365 km de distancia

Sin aliento. Siempre la dejaba sin aliento cada vez que lo veía. Tras dos horas de viaje en avión y el rollo de después de recoger tu maleta deseando que no se haya perdido y divisarla por la cinta. Salir cansada y cruzarte con ojos llenos de alegría, esperanza, paciencia ante la llegada de un pariente, un amor, o un amigo que viene de visita.

No lo veía. Él había dicho que iba a ir a buscarla al aeropuerto. Ahora tendría que llamarle y le iba a salir por un ojo de la cara por estar en un país extranjero. ¿Había activado el roaming? Eso es algo que tendría que comprobar cuando consiguiese instalarse en esa hermosa ciudad. Pero de repente, lo vió. Allí estaba él, como había prometido, esperándola. Esa sonrisa que le cortaba la respiración y de la que se había enamorado perdidamente. Llevaba un cartel con su nombre en italiano. Ella no pudo reprimir una carcajada al verlo, ¿pero qué era eso? ¿Se creía que era como esas veces en las que vas a recoger a alguien al aeropuerto y que no has visto nunca? Cada vez le sorprendía más.

A 1365 kilómetros de distancia habían estado durante un tiempo estas dos personas. A 1365 kilómetros habían estado esos labios sin besarse. Pero ahora, que se tocaban intensamente, ambos corazones latían con gran intensidad a pesar de la distancia.

Para situarnos geográficamente… Ella, estudiante de tercer año de enfermería en Madrid. Él, recién graduado en arquitectura en Roma. Y, ¿por qué arquitectura? Yo creo que la respuesta es bastante fácil. Le apasionaba el arte y en Roma tenía la belleza por todas partes. Su sueño era construir una casa en La Toscana y criar a su familia (típico sueño italiano). Ambos se conocieron por amigos comunes cuando él se fue de Erasmus a Madrid el último año de carrera. Y ahora que ya os he centrado, continuemos con la historia…

Ella había empezado a estudiar italiano cuando se lo permitían sus clases de enfermería o sus prácticas en el hospital. Porque eso era lo que más le hacía feliz: cuidar a la gente y ayudarla con sus conocimientos.

Hacía un sol estupendo y un calor horrible (eso es lo malo de viajar a Roma en pleno Agosto), pero para ella eso era algo secundario. Había esperado mucho tiempo para estar con él y ahora lo tenía a su lado. No se creía que le estuviese dando la mano.
Ella ya había estado en Roma pero seguro que con él descubriría los pequeños rincones de esa hermosa ciudad.

Estaba nerviosa, por el hecho de que iba a conocer a sus padres. ¿Causaría buena impresión? ¿Les gustaría que su hijo tuviese una novia de otro país? Todas esas preguntas asaltaban su mente. Él debió notar su nerviosismo: le cogió las manos y mientras se las apretaba muy fuerte le daba un beso en la frente.

Al entrar por la puerta, ella puso la mejor de sus sonrisas mientras intentaba disimular su tembleque en las rodillas.

Su madre salió a recibirlos con un abrazo enorme y empezó a hablarles muy rápido. Era la típica mujer italiana: morena y guapísima. Ya sabía a quién había salido el hijo… Ella sólo cogía palabras sueltas como guapísima, alta y bellísima. Y lo único que podía hacer era sonreír. Después les presentó a su padre y a su hermano, tres años menor que él.

Para cenar como era tradición, había pasta, ¡cómo no! Pero era pasta al pesto, la favorita de ella. Seguro que Lorenzo (que así se llamaba él) había tenido algo que ver en la cena que había preparado con tanto cariño su madre. Eran de esas cenas copiosas, típica cena italiana, propia de la mejor dieta del mundo, la mediterránea.

Después de cenar, decidieron ir a dar un paseo. Ella lo necesitaba para bajar toda la comida que había tomado, si no, no dormiría por la noche. La llevó a un sitio especial y uno de los más bonitos de toda Roma: Piazza Navona. Ella también lo recordaba de noche porque cuando fue la última vez, también lo visitó de noche y le trajo buenos recuerdos. Pero este recuerdo superaría con creces el anterior.

Volvieron pronto porque los días que les quedaban eran de patearse la ciudad entera. Al llegar a casa, su maleta ya se la habían llevado a la habitación de invitados: pequeña, sencilla y con baño incluido. No podía pedir más.

Los días que se le sucedieron siguieron el mismo patrón pero distintos a la vez: visitar monumentos, museos, rincones de la ciudad, calles estrechas con suelo adoquinado, comer y empacharse en restaurantes impresionantes con todo tipo de pasta y salsas…

Admirar la gran obra del Colosseo y su buen estado de conservación. A eso se le suma que tenía a un arquitecto italiano a su lado que le explicaba todo, ¡eso sí que era suerte!

Sentirse minúscula en la plaza de San Pedro en el Vaticano. A través de las columnatas que abrazaban la plaza se sentían protegidos. Lorenzo le explicó que Bernini quería que se diese a entender que las columnatas representaban los brazos de la Iglesia que acogían a todo peregrino o ciudadano hasta allí. Ellos, se sentían abrazados como católicos que eran.

Subieron a la cúpula de la Basílica de San Pedro y fue mágico divisar todo desde las alturas. Sentirse libre, volar con quién amas. Armonía y paz desde todos los puntos de vista.

Uno de los momentos cumbre de aquel viaje fue cuando una tarde llegaron a la Fontana di Trevi. La última vez que fue pidió volver a Roma. Y ahí estaba, junto a Lorenzo. Cogieron una moneda de 20 céntimos e intentaron hacerse un hueco entre la multitud. Al llegar al borde se pusieron de espaldas, cerraron los ojos, pidieron el deseo y tiraron la moneda. Vieron la moneda caer hacia el agua de la fuente a cámara lenta, como en las películas, distinguiendo entra la cara y la cruz de la moneda. Todo esto terminó con un beso y un buen helado para compartir para rematar la tarde. No era casualidad que la palabra Roma al revés sea amor...

Había sido una semana increíble pero todo lo bueno pasa rápido y termina. Era el momento de las horribles despedidas. El no saber cuándo se volverían a ver, recorría en forma de escalofrío las espaldas de ambos.

La acompañó hasta el aeropuerto y llega ese momento amargo. El último beso hasta no saber cuándo. El cuándo no lo sabían pero el dónde estaba ya decidido: Madrid, su ciudad. Y esta vez ella quería sorprenderle, recompensarle por esa fabulosa semana y si podía, superarlo. Dejarle boquiabierto, sin aliento, como hacía él cada vez que la miraba con sus profundos ojos marrones.


Tenían grabados a fuego esos 1365 kilómetros de distancia, pero parece ser que eso ya no era un problema para ellos… ¿Qué eran dos horas de avión? Nada comparado con la recompensa que les esperaba al verse de nuevo.


sábado, 24 de agosto de 2013

Tu prenda de felicidad; de confección propia

‘Confecciónate tu propia prenda de la felicidad, fabrícatela a tu gusto, llévala siempre puesta. Vístela cada día y llévala bien ceñida a tu piel y, no esperes inútilmente, a que algo o alguien te la regale o te la preste. Sería inútil, porque algo tan personal e intransferible como la felicidad es un producto de producción propia. Cada persona se fabrica a su medida su felicidad, su dicha, su presente, su futuro y su destino.’

BERNABÉ TIERNO, El aprendiz de sabio.

lunes, 22 de julio de 2013

Sin mirar atrás

El pasado define quienes somos ahora y en el futuro. Siempre achacamos lo que nos ocurre tanto sea bueno o malo, al pasado. Le echamos la culpa de las desgracias que nos pasan. Mala afirmación diría yo. ¡Cómo si no pudiésemos remediarlo!

Pues os voy a contar un secreto, muy bajito, en el oído, para que se os quede en la memoria durante mucho tiempo (o al menos eso espero). Lo que define quién eres es el ahora: tus palabras y tus acciones diarias hablan de ti a los demás. El pasado, inevitablemente, ya no puedes hacer nada con él. ¿Para qué lo quieres, si tienes todos los días de tu vida para renovarte? Sí, ya, y ahora me diréis que si has cometido errores en el pasado, ¿cómo lo arreglas? Pues todo error se puede enmendar. Para todo hay siempre una solución, pero para eso no debemos anclarnos al pasado, tenemos que vivir el presente.

La siguiente pregunta que puede surgir es... He sufrido mucho en el pasado, ¿cómo seguir adelante? Ya os adelanto que esto no es nada fácil dejar atrás malos recuerdos, malas vivencias, pero no imposible: todo está en la mente. Si enseñamos a nuestra mente a pensar de forma positiva, casi todos nuestros problemas (por no decir todos) se solucionarán. Es difícil, sí, pero si coges práctica será un mecanismo tan fácil como el respirar. Es el principio de todo. Según pensemos, así sentiremos, así actuaremos. 

¿Y que me decís del futuro? Pues es tan lejano que, sinceramente, no deberíamos preocuparnos. Pero tampoco dejarlo de lado. A ver, tiene que haber un punto intermedio.

Mi futuro es tan a corto plazo que se define como no saber qué voy a comer mañana, qué ropa me pondré, o que zapatos calzaré. Estoy demasiado ocupada disfrutando cada instante que me brinda la vida. Ese es mi futuro. Y lo que queda de él... ya improvisaré, como todo en la vida. Porque nadie nace con un libro de instrucciones de cómo vivir. No hay reglas universales del vivir. Porque vivir es diferente en cada uno de nosotros.

Me repito: Todo está en la mente, que determinarán tus acciones. No mires atrás y disfruta del presente.

Que tu única preocupación cada mañana sea esbozar una sonrisa o no al nuevo día. Y yo creo que la respuesta es bastante fácil...




miércoles, 17 de julio de 2013

Cuando sepas de mí

Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.
A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.
Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.
Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad.

RISTO MEJIDE

jueves, 11 de julio de 2013

Canciones

"La música amansa a las fieras", "la música es el alimento del alma"... Hay centenares de dichos sobre la música y todos ellos verdaderos. La música te acompaña en cualquier momento de tu vida: cuando tu madre te ponía música antes de nacer estando en su vientre, cuando escuchabas una nana, cuando tocabas algún instrumento torpemente intentando hacer "música" con él, cuando ibas a un concierto de tu grupo favorito, cuando escuchabas esa canción que tanto te motivaba en la discoteca, cuando escuchabas música con tus cascos en tu habitación a oscuras, cuando ponías música de fondo en una cena de amigos, la monición de entrada en el día de tu boda, ese cd de música que no pasaba de moda en todos los viajes familiares, la radio mientras te duchas... Y así, incluso el día de tu muerte en el funeral.

Y es que todos tenemos una canción para cada momento de nuestra vida y que nunca olvidaremos. Pero eso tiene una desventaja: cuando hemos pasado por una mala situación, en seguida identificamos ese momento con una canción en concreto. Entonces, cuando vuelves a escuchar esa canción tiempo después, por tu cabeza pasan todos esos momentos, momentos que anhelabas, intentando volver atrás, pero que es imposible regresar. El efecto contrario ocurre cuando tienes una canción para un buen momento. Es un arma de doble filo.

Pero también te sirve para saber si lo has superado: Al principio, no querrás escucharla porque te pondrás triste, después la escucharás una y otra vez de forma masoquista intentando revivir el momento aunque tengas el reproductor en modo aleatorio; tú la buscarás hasta encontrarla. Finalmente, sabrás que esa canción está ahí, y cuando suene por casualidad en tu reproductor, en una fiesta o en cualquier otro lugar y esboces una sonrisa cantándola sabiendo que ya no duele, entonces, lo habrás superado.

La música une a las personas. La música es como las fotos, tiene la capacidad de hacernos viajar a través del tiempo para recordarnos que hemos vivido buenos momentos, y no tan buenos, pero que seguimos aquí, al pie del cañón superando cada obstáculo escogiendo nuevas canciones para todos los momentos que nos esperan, completando así la lista de reproducción de nuestra vida.



miércoles, 19 de junio de 2013

3, 2, 1, cámara, y... ¡acción!

Nada más oír su nombre ya te viene una sonrisa. Es verle a él y siempre le verás con su enorme sonrisa y sus múltiples gafas de pasta que tanto le gustan.

Y hoy, que cumple 21 años no podía dejar pasar la oportunidad de dedicarle un espacio aquí como regalo de cumpleaños.

Yo le conocí hace 2 años más o menos, de infiltrada cuando hizo una fiesta en su casa. Yo estaba nerviosa  porque me sentía una intrusa y no sabía cómo reaccionaría él cuando entrase por la puerta de su casa. He de decir que ahora, esa misma casa es ya mi segundo hogar. Pero siguiendo con la historia... Nada más entrar me dijo: "Uy, madre mía Bea, qué guapa vienes y yo aquí con estas pintas. No hacía falta que vinieses tan arreglada para estar en mi casa". Y me sonrío. Respiré tranquila sabiendo que le había caído bien.

Ese día fue un antes y un después para nuestro grupo de amigos.

Ya no recuerdo cuántas veces hemos estado juntos pero dos años dan para mucho y él también da para mucho. Me encantan los viajes que hacemos juntos y lo divertidos y alucinantes que puede hacerlos. Me encanta cuando me lleva en coche a casa sea la hora que sea. Me encanta cuando hablamos por teléfono que como mínimo, son conversaciones de una hora en el que él hace su monólogo; y yo, asiento y me río a carcajada limpia. Me encanta cuando salimos de fiesta y me da a probar de su tequila kiwi y nos ponemos a bailar. Me encanta cuando desvariamos sin razón alguna. Me encanta cuando sabe interpretar mis miradas y nos echamos a reír. Me encanta cuando sabe aguantar mis lágrimas. Me encantan sus parrafadas vía whatsapp. Me encantan sus excelentes ataques de lucidez. Me encanta cuando me hace reír para que se me pase el bajón. Me encanta que venga a verme a casa. Me encanta ir a su casa y aprovecharme de su piscina. Me encantan sus fiestas en casa. Me encanta ser su amiga. Me encanta que sea mi amigo.

Hace no mucho empezamos con la tontería de que éramos 'papi y mami' del grupo porque siempre estamos cuando los demás están mal. Y año y medio después, seguimos con la tontería. Pero es algo que tenemos tan interiorizado que ya asumimos el papel de 'papi y mami' oficial.

Y ahora, Guille, si estás leyendo esto, prepárate para soltar alguna lagrimilla (si es que no la has soltado ya...) porque viene la parte ñoña. Contigo he descubierto muchas cosas; sobretodo, lo que es la amistad en toda regla. Me has enseñado a reírme de mí misma, a reírme de los problemas y esbozar una bonita sonrisa siempre. Contigo me siento yo misma, sin miedos, ni ataduras porque tú vas a estar ahí escuchándome, sin decir palabra, sin juzgarme. Y sólo por el hecho de escucharme, ya me siento mejor que nunca. Das mucho por y para los demás y eso es lo que más me gusta de ti. Eres un soplo de vida, alegría y locura que es tu gran talismán y que debes proteger como oro en paño porque eso es lo que te hace ser tan especial.

Sonríe siempre y no dejes que nadie te quite la sonrisa. Porque puedo afirmar que eres la persona con la que más me he reído y espero que siga siendo así durante muchos años más.

Porque las mejores cosas de la vida no se pueden describir... Y tú, eres indescriptible en mi vida.

¡Felices 21!

Te quiero Guille.



Y como el viernes nos da la vida, te dejo nuestra canción que tanto cantamos y tarareamos cada viernes a primera hora de la mañana.




jueves, 6 de junio de 2013

Estados de ánimo

Hace diez años uno de mis grupos favoritos españoles sacaba este disco. Hablo de El Canto del Loco y hace poco oí esta noticia y dije: ¡10 años! Cómo pasa el tiempo. Y es que en mi generación, este grupo ha marcado nuestra adolescencia con sus letras que nos identificaban tanto. Fue una pena para todos nosotros cuando nos enteramos hace cuatro años que ya no habría más El Canto del Loco.

Y es que yo me pasaba las horas muertas escuchándolos (y sigo haciéndolo) porque tenían una canción para cada estado de ánimo (como el título de su disco). Quizás eso era lo que nos enganchaba tanto...

Y ahora me vais a permitir que os ponga mis canciones favoritas, las que escucho y escucharé siempre, porque pasan los años y no te cansas, te hace recordar buenos tiempos...

Para cuando estás con amigos...





Para cuando estás enamorado...



Para el desamor...






Para recordar tu infancia y te das cuenta de que te vas haciendo mayor...


Para cuando estás reivindicativo...






Para cuando quieres superarte...








Para cuando estás feliz...